domingo ordinario

Domingo XXVI del tiempo ordinario, ciclo A.

Para comprender la primera lectura habría que leer todo el capítulo 18 de Ezequiel, escrito en lenguaje jurídico, es una disputa entre Yavéh eIsrael; además, encontramos una especie de pequeño "Yo confieso" (Ez 18,5-9a; 11-13a; 15-17) frente al que un hebreo examinaba su conciencia. La disputa de Yavéh con su pueblo surge a propósito de que elpueblo cree que sufre el abandono de Yavéh debido al pecado de sus padres, lo que ellos consideran injusto. Ezequiel insiste en la responsabilidad individual frente a la responsabilidad colectiva queoponía el pueblo presente en textos de Éxodo (20,4) y Deuteronomio (5,7-10), mal entendida por el pueblo debido a la ceguera de su pecado antes de la destrucción del templo. En ese tiempo la situaciónde pecado de Jerusalén era escandalosa, frente a ello Dios castigará al pueblo por su desobediencia, no por la culpa de sus antepasados. Pero en el fondo, Ezequiel anuncia algo más importante que elcastigo por el pecado: el pecador puede salvar su vida si se arrepiente, vuelve a Yavéh y practica la justicia. El concepto de vida o muerte en este capítulo se entiende como la amistad o enemistad conDios provocada por una vida de pecado o una vida en la justicia de Yahvé, que era el principio de la Alianza Sinaítica que prescribía la observancia de los mandamientos. Yahvé ha examinado a supueblo y éste ha sido encontrado culpable de sus actos. Pero existe la posibilidad del arrepentimiento y el perdón porque Yahvé es un Dios que perdona por mil generaciones, todavía es tiempo derecapacitar, este es el mensaje de Ezequiel. El pecado puede llevarnos a ver a Dios como vengador de nuestras maldades cuando no se tiene la recta conciencia de saber que todo lo que sucede es por causa denuestro pecado. La Iglesia sostiene que un pecado por muy privado, íntimo o sigiloso que sea, afecta a la comunidad, pero sigue siendo una responsabilidad individual, así, cada uno es responsable de sus...