Domu
Un día discutía sobre un billete de 200. Rugía como un león con su pecho inflado de mentiras. Me soltó unabofetada. En ese instante, en mi mente se gestaron ideas miles, los impulsos neuronales corrían a billones de años luz. Por primera vez en mis 18 años, me pare a hacerle frente. Pusosu mano derecha sobre mi hombro y apretó con fuerza, creyó que me doblaría. Torcí su mano en contra de las manecillas del reloj. El, como todo hombre valiente, asesto una certerapatada en mi entrepierna. Me doble, pero descubrí algo. El viejo no tenia menor aprecio por mi. Espere el momento preciso.
En la noche lo drogue.
Le di Valida vía intravenosa.Durmió profundamente.
Pesaba mucho.
Despertó.
Mire sus ojos, esos, llenos de desprecio.
Arranque sus uñas una por una, mientras el gemía como un perro herido.
Una por cadamala actitud.
Una por cada vez que no jugo conmigo
Una por cada golpe
Así todas, y me debe aun.
Cuando termine, sus ojos no parecían los mismos.
Lloraban. Vi por primeravez en su persona, algo parecido a un amor de padre.
Lo menos que podía darle, era amor.
Puse la aguja en su brazo, ácido clorhídrico dentro.
Comenzó a torcerse.
Este, erael abrazo de un hijo a un padre herido.
Y a ultimo momento, lo ame.
Y lo mate.
“Sus días se han desvanecido como el humo, su vida en tierra es consumida por el fuego”
Regístrate para leer el documento completo.