Don Bosco Mediador Diplomático
Páginas: 21 (5191 palabras)
Publicado: 9 de enero de 2013
Mediaciones diplomáticas de Don Bosco
entre el estado italiano y la sede apostólica
P. Fernando Peraza Leal
Material de IX Núcleo de Estudio del Curso de Formadores en Salesianidad
Quito, Ecuador
1. Planteamiento general del asunto. Índole de las intervenciones de Don Bosco; razones que acreditaron su función mediadora; y significado de la misma
Don Bosco entre1858 y 1878 intervino, como mediador, entre el Estado y la Sede Apostólica en lo que se refería al nombramiento de obispos para las sedes vacantes en varias partes del Reino de Italia, aún proponiendo determinadas personas para esos cargos. Los estudios de Francisco Motto han probado la “consistencia” de su aporte a la solución de este gravísimo problema, aunque, en verdad su acción “nunca revistiócarácter oficial”. Por el contrario, fue a título muy personal y privado; y siempre llevado a cabo con grande discreción y secreto dado el clima político y social del momento, marcado por una grande animadversión a la Iglesia.
La mayor parte de estas actividades suyas se dieron durante el pontificado de Pío IX, muerto en 1878. Pero, es importante advertir que también bajo León XIII se puedenconstatar, hasta la mitad de la década de 1880, intervenciones de Don Bosco ante varios dicasterios de la Curia romana, no sólo con relación a obispos para Italia, sino para las diócesis suramericanas.[1]
2. El crédito moral de que gozaba Don Bosco para las misiones encomendadas. Una acción de alta diplomacia que cumplía mientras seguía consolidando su obra oratoriana y pensando en asegurar elfuturo y continuidad de la misma.
El equilibrio mantenido en medio de los sucesos políticos del 1848, el conocimiento personal que tenían de él protagonistas relevantes del mundo político y sobre todo el prestigio ganado ante la sociedad civil y el gobierno con su conducta sacerdotal y con sus obras de educación popular, explican el por qué fue llamado a colaborar en la solución de unos de losmayores conflictos vividos por la Iglesia con el gobierno liberal en el siglo XIX.[2]
El gobierno entendía que era lógico que Don Bosco defendiera los intereses de “un pontífice desprestigiado y, luego, despojado de su poder temporal”, y de iglesias locales abandonadas por la carencia de pastores. “El bien había que hacerlo cuando y como se pudiera”, afirmaba, por otra parte, Don Bosco, queestaba dispuesto a poner en juego todos sus recursos “diplomáticos”, y a aprovechar las posibilidades que se le ofrecieran para aportar lo que estuviese de su parte para solucionar o a lo menos para aliviar los problemas.[3]
3. Sus intervenciones pertenecen ya a los anales de la Sociedad Salesiana, la cual nació y empezó su misión en medio de estas difíciles circunstancias que amenazaban la vidapastoral de la Iglesia.
Además, conociendo cómo se mantenía distanciado de las facciones políticas, y ajeno a los postulados del clero intransigente[4], no dudaron en poner en él su confianza tanto los máximos exponentes de la Casa Real y del gobierno, como los de la Secretaría del Estado Vaticano, y sus delegados oficiales, para adelantar a través de él las negociaciones conciliatorias. Fueasí como se logró reducir las distancias de los contrarios y establecer consensos e hipótesis de solución comunes entre Roma, Turín y Florencia, ésta última, sede transitoria del gobierno italiano de 1865-1871.[5]
Lo cierto es que por más pequeños que puedan parecer los resultados de la inmensa labor afrontada por Don Bosco, hoy día, a los ojos de los historiadores, no se puede negar el mérito ysignificado propio que ésta adquirió en “la tormentosa historia política del ochocientos italiano”.[6]
4. La intervención de Gustavo de Cavour, y el fracaso de su proyecto que parecía dejar a salvo el honor y los derechos lesionados del Arzobispo Fransoni y abrir el paso a la solución del grave problema que la ausencia del Arzobispo causaba a la Iglesia de Turín.
A. EL “CASO...
entre el estado italiano y la sede apostólica
P. Fernando Peraza Leal
Material de IX Núcleo de Estudio del Curso de Formadores en Salesianidad
Quito, Ecuador
1. Planteamiento general del asunto. Índole de las intervenciones de Don Bosco; razones que acreditaron su función mediadora; y significado de la misma
Don Bosco entre1858 y 1878 intervino, como mediador, entre el Estado y la Sede Apostólica en lo que se refería al nombramiento de obispos para las sedes vacantes en varias partes del Reino de Italia, aún proponiendo determinadas personas para esos cargos. Los estudios de Francisco Motto han probado la “consistencia” de su aporte a la solución de este gravísimo problema, aunque, en verdad su acción “nunca revistiócarácter oficial”. Por el contrario, fue a título muy personal y privado; y siempre llevado a cabo con grande discreción y secreto dado el clima político y social del momento, marcado por una grande animadversión a la Iglesia.
La mayor parte de estas actividades suyas se dieron durante el pontificado de Pío IX, muerto en 1878. Pero, es importante advertir que también bajo León XIII se puedenconstatar, hasta la mitad de la década de 1880, intervenciones de Don Bosco ante varios dicasterios de la Curia romana, no sólo con relación a obispos para Italia, sino para las diócesis suramericanas.[1]
2. El crédito moral de que gozaba Don Bosco para las misiones encomendadas. Una acción de alta diplomacia que cumplía mientras seguía consolidando su obra oratoriana y pensando en asegurar elfuturo y continuidad de la misma.
El equilibrio mantenido en medio de los sucesos políticos del 1848, el conocimiento personal que tenían de él protagonistas relevantes del mundo político y sobre todo el prestigio ganado ante la sociedad civil y el gobierno con su conducta sacerdotal y con sus obras de educación popular, explican el por qué fue llamado a colaborar en la solución de unos de losmayores conflictos vividos por la Iglesia con el gobierno liberal en el siglo XIX.[2]
El gobierno entendía que era lógico que Don Bosco defendiera los intereses de “un pontífice desprestigiado y, luego, despojado de su poder temporal”, y de iglesias locales abandonadas por la carencia de pastores. “El bien había que hacerlo cuando y como se pudiera”, afirmaba, por otra parte, Don Bosco, queestaba dispuesto a poner en juego todos sus recursos “diplomáticos”, y a aprovechar las posibilidades que se le ofrecieran para aportar lo que estuviese de su parte para solucionar o a lo menos para aliviar los problemas.[3]
3. Sus intervenciones pertenecen ya a los anales de la Sociedad Salesiana, la cual nació y empezó su misión en medio de estas difíciles circunstancias que amenazaban la vidapastoral de la Iglesia.
Además, conociendo cómo se mantenía distanciado de las facciones políticas, y ajeno a los postulados del clero intransigente[4], no dudaron en poner en él su confianza tanto los máximos exponentes de la Casa Real y del gobierno, como los de la Secretaría del Estado Vaticano, y sus delegados oficiales, para adelantar a través de él las negociaciones conciliatorias. Fueasí como se logró reducir las distancias de los contrarios y establecer consensos e hipótesis de solución comunes entre Roma, Turín y Florencia, ésta última, sede transitoria del gobierno italiano de 1865-1871.[5]
Lo cierto es que por más pequeños que puedan parecer los resultados de la inmensa labor afrontada por Don Bosco, hoy día, a los ojos de los historiadores, no se puede negar el mérito ysignificado propio que ésta adquirió en “la tormentosa historia política del ochocientos italiano”.[6]
4. La intervención de Gustavo de Cavour, y el fracaso de su proyecto que parecía dejar a salvo el honor y los derechos lesionados del Arzobispo Fransoni y abrir el paso a la solución del grave problema que la ausencia del Arzobispo causaba a la Iglesia de Turín.
A. EL “CASO...
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