don de la inteligencia
Con este Don podemos conocer y comprender las cosas de Dios, la manera cómo actúa
Jesucristo, descubrir inteligentemente, sobre todo en las páginas del Evangelio, que su manera
de ser y actuar es diferente al modo de ser de la sociedad actual. El Don de la Inteligencia es una luz especial que puede llegar a todas las personas y muchas veces tiene sus frutos en los
niños y en la gente más sencilla.
El teólogo más sabio
Todos los días, el teólogo más insigne de la ciudad, escrutaba las Sagradas Escrituras con el
ardiente deseo de comprender mejor a Jesús.
Tan preclaro profesor destacaba sobre los demás; impartía conferencias, había publicado
numerosos artículos en revistas especializadas y editado decenas de libros; cuando hablaba, los oyentes lo consideraban el portador de la verdad.
En cierta ocasión, Jesús se apareció al teólogo.
¿Quién eres tú, preguntó éste asombrado ante una evidencia en la que no acababa de creer.
Soy Jesús, a quien buscas en tus libros, añadió el Señor.
No, no, yo no investigo apariciones, yo estudio con métodos rigurosos al hombre que vivió hace dos mil años y que decía ser hijo de Dios, replicó el profesor.
Pero si ese soy yo, mira mis manos y toca mi costado, respondió Jesús.
El teólogo, pareciéndole inverosímil semejante conversación, expuso un razonamiento
académico:
Tu costado no tiene excesiva importancia ahora. Bien sabes que la mente puede perforar la piel y los huesos. Lo verdaderamente crucial no concierne al cuerpo, sino que consiste en saber si
Jesús era Dios o solamente un profeta o, si los milagros fueron inventados por la primitiva
comunidad y si tiene más sentido hablar, para la mentalidad de nuestro tiempo, de la
resurrección como una experiencia mística de los apóstoles.
Atónito por lo que acababa de oír, Jesús respondió:
Hijo mío, yo te muestro con signos lo que tú buscas con conceptos; signo y concepto no
siempre son coincidentes.
En aquel instante, el teólogo se levantó, se restregó los ojos y fue a lavarse la cara. Estaba
cansado y creía haber padecido una lamentable alucinación.
Jesús, mirándolo, dijo:
Algo no anda bien en el corazón de mi hijo; es tanta su inteligencia que niega la existencia
de una verdad superior.
Un día después, el teólogo iniciaba su disertación diciendo:
Ayer tuve una alucinación increíble...
DON DE INTELIGENCIA
Ayuda a entender los misterios más escondidos y difíciles de la FE.
Ilumina nuestro entendimiento y nos hace caminar con la luz de la verdad.
Nos enseña el valor de la eucaristía y de los sacramentos. Nos hace disfrutar y sacar
conclusiones prácticas de los silencios de Dios.
Nos facilita la lectura de la enseñanza de Jesús y nos hace comprensibles sus gestos.
Nos anima a poner los medios necesarios para que Jesús sea entendido y comprendido en la
sociedad en que nos toca vivir.
San Antonio de Padua, meditando sobre este don, solía exclamar: “qué cortas se hacen las
noches meditando y contemplando la belleza de la Biblia"
El contrincante de este don es la grosería. El devaluar y rebajar por conveniencia toda la riqueza
divina que nos rodea.
Catequesis del papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Después de haber analizado la sabiduría, como el primero de los siete dones del Espíritu Santo,
hoy quisiera llamar la atención sobre el segundo don, la inteligencia. No se trata en este caso de inteligencia humana, es decir de la capacidad intelectual de la que podamos estar más o menos
dotados. Es una gracia que solo el Espíritu Santo puede infundir y que suscita en el cristiano la
capacidad de ir más allá del aspecto externo de la realidad y escrutar las profundidades del
pensamiento de Dios y de su diseño de salvación.
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