don felix roman duque

Abdón Sánchez Noguera

A la memoria de Don
FELIX ROMAN DUQUE
Maestro de Alberto Adriani
Primera Edición Marzo de 1968 / Centro de Estudiantes
Segunda Edición Febrero de 2010 / Fundación Alberto Adriani y Fundación Casa Mocotíes
Página aparte. Centrado.
La hidalguía del pensamiento prescribe al hombre honrado, que así como lo es para tra­bajar en el presente y por el propio bienestar; asítambién lo sea trabajando mañana y para nuestros semejantes.
Félix Román Duque

El 28 de febrero de 1871 junto con el día nace otra luz, una luz de la inteligencia, del saber, de la dignidad y de la difusión humanística, extendida a lo largo y ancho del suelo patrio.
Félix Román Duque vino al mundo en la Atenas del Táchira. La Grita lo vio nacer como un racimo fecundo surgido de un troncomaduro, la familia que conformaron Don Julián Duque y Doña Filomena Morales.
A ese chiquillo, que no es otro que aquel que recorre constantemente las polvorientas calles gri-tenses, en juguetear continuo, le llegó pronto el ansia del saber. En su hogar recibió de sus padres un caudal del saber provinciano. Luego tuvo la suer­te un maestro y pedagogo de la talla del Doctor Ramón Vera G., quien leguió en los primeros pasos por la senda estudiantil.
Con la misma suerte encuentra un guía moral y un maestro íntegro en la persona del ilustre prelado católico Monseñor Jesús Manuel Jáuregui Moreno,
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quien lo asiste y asesora en los estudios hasta culmi­nar, con brillantez, el bachillerato en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús. Tan meritorio título, con solo trece años, lo alcanzó en1884.
Eladolescente Félix Román no se contentó con los conocimientos recibidos en el aula, sino que prolongó el estudio con todos los libros que llega­ron a sus manos y otros numerosos encontrados en la biblioteca de Monseñor Jáuregui.
Su labor en el apostolado de la enseñanza comenzó antes de su graduación, en un afán por desterrar del pueblo la ignorancia en que estaba sumido. Por ello en 1890 fundó unaescuela priva­da en San José de Bolívar, entonces denominada Aldea de Río Bobo. En la misma ciudad de La Grita ejerce la dirección de una escuela anexa al Colegio Sagrado Corazón de Jesús, mientras que las aulas colegiales sirven de escenario para su cátedra de lengua latina.
Rubio fue uno de esos pueblos que también recibió de labiosdeese gran educador lacultura yel saber. En esta poblacióndictó clases en la Escuela Municipal y luego pasó a darlas en la Compañía Instruccionista del Táchira.
Después de ver el caos en que viven las escue­las oficiales de su tiempo, trata de remediar el proble-
ma fundando una escuela particular, la cual mantiene gracias a la colaboración de varios caballeros jauri-guenses. Allí dicta la mayoría de las cátedras, con el mayor esmero e intensa dedicación.Su vida sigue por el sendero docente con el ardor y júbilo que presta a la enseñanza, como un apostolado. Trabaja como instructor en numerosos colegios y escuelas, entre los que destacan: Colegio para Niñas, regentado por la Señora Chiquinquirá Dupuy de Henríquez; Colegio de la Señorita Paulina Rubio: Colegio Sagrado Corazón de Jesús; Colegio Nuestra Señora del Carmen; y fue director durante dosaños de la Escuela Federal del Muni­cipio San Simón.
Esta meritoria labor educativa, que permitió acrecentar el nivel de calidad de los citados plante­les, no le impedía cumplir con sus labores como ser­vidor público en el Concejo Municipal de La Grita, uno de los más antiguos del país.
La fama de pedagogo y hombre recto se difundió hasta fuera de las fronteras del Estado Táchira. Los pueblos loreclamaban para que sus huellas de Educador quedaran grabadas en las generaciones que se levantaban, pero tocó en suerte a la pintoresca y bella población de Zea recibir en su seno al abnegado servidor público.

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1911, un siglo después de la firma del acta de la Independencia, es el año de iniciación o de recupe­ración de la cultura zedeña. Esel añoen que llega, procedente de San Simón,...