Don Jorge caminaba lentamente por el centro hist rico de la ciudad

Don Jorge caminaba lentamente por el centro histórico de la ciudad, de su ciudad. Era viejo, y sus piernas flácidas ya no daban lo que antes. Y si a esto, le agregamos que el pobre viejo llevaba días sin comer, cada paso que avanzaba era una tortura grandísima.
Estaban a 2 grados. Tal vez para una ciudad cualquiera no era tanto frío, pero para una ciudad que se encuentra en medio del desierto,era un frío que les helaba su triste corazón.  A Don Jorge no le ayudaba mucho la ropa que traía en todo su escuálido cuerpo, tan sólo se conformaba de un roído pantalón, una camisa a cuadros y unos viejos zapatos que alguien le había regalado ya hacía mucho tiempo. En su cabeza, un poco desordenado, se encontraba un sombrero de paja que había encontrado cerca de una pequeña granja, estaba un pocosucio, y rasgado, pero le servía para darle calor en invierno, y protegerlo del sol durante verano. 
No toda la vida de Don Jorge había sido mala, hubo unos momentos en los que llegó a ser un poco feliz. Fue en su tiempo de niño, cuando no tenía ni una sola preocupación, no tenía problemas, no tenía frío ni hambre, y si tenía miedo, eso desaparecía con un abrazo de mamá o la abuela, sólo teníaque jugar, y jugar, ya era con sus hermanos, o primos. Pero eso ya fue, hace más de 70 años. Un tiempo muy largo, en el que perdió a todos, sus hermanos murieron poco a poco. Unos por hambre, otros por accidentes, asesinatos, violaciones. Ni uno llegó alcanzar los 40 años. Lo mismo pasó con sus primos, padres, todos murieron por una u otra causa. Sólo quedaba él triste viejo, solitario, sin nada ynadie. Tan sólo le quedaba el deseo de volver al mundo de fantasía, ese en el que nadie padece de hambre o de frialdad, ni en su cuerpo ni alma anhelan crueldad, tan sólo alegría y abundancia. Pero no, tendría que hacerse a la idea de que si Dios existía, lo había abandonado.
Siguió caminando por las estrechas calles del centro. Había mucha gente, pero pasaba desapercibido ya que no llamaba muchola atención. Bah...Un pobre más.
-Disculpe- le dijo a una señora regordeta que caminaba hacia su dirección- ¿podría regalarme unas cuantas monedas para conseguir un poco comida?- La señora no hizo caso y siguió caminando como si tan sólo hubiera escuchado el suave rugir del viento.
Don Jorge hizo una mueca de disgusto y caminó unos pasos para luego detenerse a observar la pequeña plazuela que seencontraba cruzando la calle.
Buscaba algo, pero no tenía la menor idea de que. Después de unos minutos se decidió a caminar hacia la plaza. Había observado pequeños locales donde vendían comida, y aunque le parecía difícil, trataría de conseguir comida en ellos.
Como ya lo había dicho antes, sus piernas ya no tenían la misma fuerza que de joven, así que tardó un poco en llegar a la plaza, queenardecía con cantos y gritos de niños pequeños que jugando alegremente, hacían ver una bella imagen.
Al llegar a la plaza se acercó a uno de los tantos locales, y empezó a mendigar.
-Disculpa hijo- le dijo a un chaparro y barrigón hombre- podrías regalarme un poco de comida, llevo días sin comer, y es un sufrimiento enorme.
-Lo siento abuelo- contestó el hombre- pero el dueño me mataría si regalo tansiquiera una pizca de sal
-Entiendo hijo- respondió Don Jorge, un poco desanimado, pero en fin, ya estaba acostumbrado.
-Dios lo bendiga "Don"- le dijo en modo de despedida el hombre.
-Digo lo mismo- finalizó Don Jorge.
Pero Dios, del que tanto se hace uso en oraciones para aparentar amabilidad, es tan sólo un cuento de hadas creado hace miles de años para que la humanidad tuviera una razón paratener un poco de fe. Un mito que con los andares del tiempo ha sido utilizado para diferente tipos de fraudes, torturas y asesinatos. Crímenes atroces como las guerras contra los que se atrevían a levantar la voz y dar aviso sobre la falsedad de un ser inexistente que gobierna a los imperios del mundo. Un cuento utilizado para poder controlar a las grandes mareas de personas que cargan consigo...