Don manuel martínez blanco
Pero ya nada fue igual. En la batalla perdió a uno de sus grandes aliados, el apetito. Y así, sin fabada y sólo con algunas cucharadas de yogur, fue consumiéndose hasta queayer ayer falleció, dejando tras sí un ejército de alumnos agradecidos y privilegiados después de casi medio siglo de enseñanza.
Gijonés de Mareo, seguramente siempre supo que quería ser maestro.De los de antes, de los de tiempos de penurias y escasa demografía. Por eso, recién salido de la Escuela Normal de Oviedo, realizó un itinerario docente por Llanera y Villaviciosa para poderpresentarse con más experiencia a su primera escuela en propiedad. Fue en Cardo, Gozón, desde donde se fue un curso a Madrid antes de comenzar a desarrollar su ingente tarea en Gijón, su destino definitivo,donde estuvo «41 años, dos meses y 14 días», hasta que el 2 de setiembre de 1976 la edad de jubilación le obligó a abandonar la gran pasión de su vida.
Tantos años de docencia, sus alumnos dicenque de maestría, dejó Gijón sembrado de cientos de generaciones que conocieron su espíritu entregado en las aulas de la Escuela Graduada de la carretera de Ceares. Primero, en su ubicación de la callede Jovellanos; más tarde, en la del Humedad, después, en el viejo Parque de Bomberos y, finalmente, en la calle de la Merced, donde hoy continúa con el nombre ya cambiado. Es el colegio público...
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