Don Quijote De La Mancha
En un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo pueblerino de los de lanza en astillero. A fuerza de leer disparatados libros decaballería pierde el ceso y se imagina ser, él también, famoso caballero andante. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los 50 años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, alto decuerpo, estirado y avellanado de miembros, entrecano, la nariz aguileña y algo curva, de bigotes grandes negros y caídos. Quieren decir que tenía el sobrenombre de quijada, o Quesada, que en esto hayalguna diferencia en los autores que de este caso escriben; aunque, por conjeturas verisímiles, se deja entender que se llamaba Quijana. Pero esto importa poco a nuestro cuento. Se daba a leer libros decaballerías, con tanta afición y gusto, que olvido casi de todo punto el ejercicio de la caza; y llego a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas henegas de tierra de sembradura paracomprar libros de caballerías en que leer. Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelándose por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacaría ni las entendería elmismo Aristóteles, si resucitara para sólo ello.
Lleno sele la fantacia de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebrosamorosos, tormentas y disparates imposibles; asiéndose de tal modo que la imaginación que era verdad toda aquella maquina de aquellas sanadas invenciones que leía, que para él no había otra historia máscierta en el mundo.
En efecto rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció conveniente y necesario, así para el aumento de suhonra como para el servicio de su Republica, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y ejercitarse en todo aquello que él había leído. Fue a...
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