Donacion De Ovulos
“De él nacido me dice mi madre, más yo por mí mismo no lo puedo saber: ¿qué mortal reconoce su sangre” (Télemaco en la Odisea)
INTRODUCCIÓN Las técnicas de reproducción asistida (TRA) constituyen uno de los desarrollos más espectaculares del siglo XX. En un primer momento la evolución de estas técnicas estuvo ligada a importantes descubrimientos científicos que llevaron a una comprensión profunda de la reproducción animal y humana. En las últimas décadas los desarrollos biotecnológicos han tomado el relevo, permitiendo intervenciones que antes se consideraban imposibles como la congelación de los embriones o la integración de material genético de una especie en células de otra1. En todos los casos los avances han estado acompañados de importantes cuestionamientos éticos sobre la legitimidad del uso de las técnicas, los efectos de su aplicación y la incertitud de su impacto en los sujetos y en el ser humano en el largo plazo2. Entre las TRA más utilizadas en la actualidad, la procreación con ayuda de la donación de gametos (TRA‐D3), juega un rol particular ya que estos procedimientos, que pueden incluir inseminación artificial (IA‐D), fertilización in vitro (FIV‐D) con o sin inyección intracitoplasmática de espermatozoide (FIVICSI‐D), no sólo permiten el acceso a la paternidad a parejas clínicamente infértiles o aquellas que intentan evitar la transmisión de una enfermedad con un alto componente genético, sino también a mujeres solas y parejas homosexuales: lesbianas y gays (en los casos en que la gestación sustitutiva esté disponible). Aunque algunos autores piensan que la IA‐D se practica hace a lo menos 200 años (Rumbal, A. Adair, V. 1999), el primer registro de una IA‐D data del año 1884 en USA. En dicha ocasión, previo acuerdo con el marido, un equipo médico del Philadelphia's Jefferson Medical College fecundó a una mujer con espermatozoides aportados por un estudiante miembro del equipo mientras ésta permanecía anestesiada. El marido mantuvo por siempre el secreto y éste sólo fue revelado años después por un miembro del equipo médico,
Ambas situaciones vienen a romper con la manera de entender la vida. En el caso de la congelación de embriones viene a poner en cuestión en problema filosófico de la relación del ser humano con el tiempo, en tanto hoy es posible detener el desarrollo humano en etapas tempranas y reactivarlo después sin que, al parecer, esto altere al organismo. 2 Vale la pena mencionar el proyecto de la Universidad de Oxford para comprender hasta donde sea posible estos procesos; este puede ser conocido en http://www.fhi.ox.ac.uk/home 3 Tradicionalmente la letra D se agrega a la sigla correspondiente a la técnica para indicar la participación de un donante. Vale la pena aclarar que en este caso seguimos el uso normal y que en rigor las TRA‐D no son propiamente una técnica, sino una modalidad, ya que en sí mismos los procedimientos biotecnológicos son los mismos y sólo varía el origen de los gametos.
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posiblemente el donante, quien tampoco reveló la identidad del progenitor. Por años, esta lógica imperó en el mundo de la medicina de la fertilidad y los equipos médicos motivaron a las parejas para que mantuvieran en secreto la forma de concepción de los hijo o hijas (Skoog Svanberg et al, 2008). Esta situación ha tendido a cambiar con los años, aunque por lo general se mantiene una alta reticencia a hablar de la forma en que fueron concebidos estos sujetos (Daniels et al, 2009). Durante los últimos años, la evolución en el campo de las TRA‐D ha estado marcada ...
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