DONZELOT LA CONSERVACION DE LOS HIJOS
A mediados del S XVIII todos criticaban las costumbres educativas de su siglo: los hospicios (Establecimiento benéfico que se dedica a recoger, mantener y educar a niños huérfanos o cuyos padres son pobres y no pueden hacerse cargo de ellos), la crianza de los niños con nodrizas domésticas y la educación artificial de los niños ricos. Estas técnicasengendraban tanto el empobrecimiento de la nación como la decadencia de su elite.
Reprochaban a la administración de los hospicios las espantosas tasas de mortalidad de los menores, el noventa de estos morían andes de haber podido hacer útiles para el Estado. Hubiera sido oportuno salvaguardarlos para las tareas nacionales como la colonización, la milicia y la marina ya que no estaban apegados anada, nada tenían que perder; incluso la muerte podía parecer formidable.
El recurso a las nodrizas del campo era una costumbre dominante entre las poblaciones de las ciudades. Las mujeres recurrían a ellas porque estaban demasiado ocupadas a causa de su trabajo o bien porque eran lo suficientemente ricas como para evitarse el trabajo de la crianza. A causa de la distancia y la falta de contactoentre la nodriza y los padres, era a menudo un abandono o turbias maniobras. En estas condiciones, la mortalidad de los niños durante la crianza era enorme. En casa de sus nodrizas era donde esos niños adquirían todos sus vicios, y ellas tan solo tendrán para el, sentimientos de recelo y adoptaran con gusto lazos que les permitan abandonarlo sin correr ningún riesgo.
En el extremo más pobre delcuerpo social, lo que se denuncia es la irracionalidad de la administración de los hospicios, los pocos beneficios que el Estado obtiene de la crianza de una población que solo excepcionalmente alcanza una edad en la que puede devolver los gastos que ha ocasionado: la ausencia de una economía social. En el extremo más rico, lo que se critica es la organización del cuerpo con vistas a un usoestrictamente derrochador, la ausencia de una economía del cuerpo.
Los hombres se precipitan hacia la condición de domestico de ciudad, porque les libra del servicio militar. Los nobles o los burgueses en lugar de permanecer en sus tierras y dirigir la producción, venían a instalarse en las ciudades y, para exhibir su riqueza, no encuentran mejor medio que arrastrar con ellos a los hombres queconstituían las fuerzas vivas de la producción, a los que seducen con vistosos atuendos y pomposos títulos. Estos domésticos de las ciudades contraían matrimonio y tenían hijos que su situación no les permitía criar, abandonándolos a cargo del Estado. Las mujeres pobres del campo, no encontrando con quien casarse, totalmente entregadas al lujo y a la vida de sociedad, se convertían en prostitutas.Conservar los hijos va a significar poner fin a los daños causados por la domesticidad, obligando a que eduquen a sus hijos todos aquellos individuos que tienen tendencia a abandonarlos al cuidado del Estado o a la mortífera industria de las nodrizas.
Los tratados médicos del S XVIII exponían simultáneamente una doctrina médica y consejos educativos. En el S XIX, los textos médicos dirigidos a lasfamilias cambian de tono y se limitan a consejos imperativos. Por dos razones, la concepción maquínica del cuerpo ya no es valida; y comenzaron a temer los efectos a que cada cual pretenda ser medico.
El papel de las madres y el de los médicos son y deben ser claramente distintos. El medico prescribe, la madre ejecuta. Esta unión entre medicina y familia va a repercutir profundamente sobre lavida familiar e inducir su reorganización al menos en tres direcciones: 1. el aislamiento de la familia contra las influencias negativas del antiguo medio educativo, contra los métodos y los prejuicios de los domésticos contra todos los efectos de las promiscuidades sociales; 2. el establecimiento de una alianza privilegiada con la madre, conductora de una promoción de la mujer debido a ese...
Regístrate para leer el documento completo.