dora
Sigmund Freud
Análisis fragmentario de una histeria
(El caso Dora)
Traducción: Luis López Ballesteros
SIGMUND FREUD
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Análisis fragmentario de una histeria. (Caso «Dora»)
1901 [1905]
Introducción (a la edición de 1925 de «Historiales Clínicos»)
Al disponerme hoy (1925), después de un largointervalo, a apoyar las afirmaciones
por mí sentadas en 1895 y 1896 sobre la patogénesis de los síntomas histéricos y los
procesos psíquicos de la histeria con la exposición detallada de un historial clínico, creo
imprescindible iniciar esta labor con un breve preámbulo, destinado, en primer lugar, a
justificar desde diversos puntos de vista mi conducta pretérita y presente en cuanto a la
publicación detales documentos, y en segundo, a reducir a una modesta medida las
esperanzas que en aquélla pueden fundarse. Ya fue ciertamente muy espinoso tener que
publicar los resultados de mi labor investigadora, que a más de resultar harto sorprendentes
y de naturaleza nada grata, no podían ser objeto de comprobación alguna por parte de mis
colegas de Facultad. Apenas lo es menos ahora comenzar a ofreceral juicio general una
parte del material del que hube de extraer tales resultados. Si antes se me reprochó no
comunicar dato alguno sobre mis enfermos, hoy se me reprochará hacer público algo que el
secreto profesional impone silenciar. Espero, sin embargo, que habrán de ser las mismas
personas las que de este modo cambien de pretexto para sus reparos, y renuncio por
anticipado a desarmar jamás atales críticos.
De todos modos, aun prescindiendo por completo de semejantes malquerencias
incomprensivas, la publicación de los historiales clínicos me plantea graves dificultades, de
orden técnico en parte, y en parte derivadas de sus mismas circunstancias intrínsecas. Si es
cierto que la causación de las enfermedades histéricas reside en las intimidades de la vida
psicosexual de los enfermos yque los síntomas histéricos son la expresión de sus más
secretos deseos reprimidos, la aclaración de un caso de histeria no podrá menos de
descubrir tales intimidades y revelar tales secretos. Es indudable que los enfermos habrían
silenciado unas y otros a la menor sospecha de que sus confidencias habían de ser
científicamente aprovechables, y desde luego sería inútil solicitar su autorizaciónpara
publicarlas. En estas circunstancias, las personas de fina sensibilidad y las de escasa
resolución situarían en primer término el secreto profesional y renunciarían a todo intento
de publicación, lamentando no poder prestar en este punto servicio alguno a la ciencia.
Mas, por mi parte, opino que la profesión médica no impone sólo deberes para con los
enfermos individualmente considerados, sinotambién para con la ciencia, o lo que es lo
mismo, para con el gran núcleo de individuos que padecen igual dolencia o la padecerán en
lo porvenir. La publicación de aquello que uno cree saber sobre la causación y la estructura
de la histeria se nos impone entonces como un deber, y si podemos cumplirlo evitando todo
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ANALISIS FRAGMENTARIO DE UNA HISTERIA________________________________________________________________________________
perjuicio personal y directo al enfermo, sería una cobardía no hacerlo. En lo que a mí
respecta, creo haber hecho todo lo posible por evitar tales perjuicios a la paciente cuyo
historial clínico motiva estas líneas preliminares. He elegido una persona cuyos destinos
transcurren lejos de Viena, siendo, por tanto, completamente desconocidas suscircunstancias personales en nuestra capital.
He guardado desde un principio y tan celosamente el secreto del tratamiento, que
sólo uno de mis colegas, digno de máxima confianza, ha podido reconocer en la muchacha
de quien se trata a una antigua paciente mía. Una vez terminado el tratamiento, he detenido
aún la publicación del caso durante cuatro años, hasta haber tenido noticia de un importante
cambio...
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