Dos Botellas Y Una Estrella

‘’Fue un día duro, lo recuerdo como si fuera, como si tal vez, fuese, o quizá sería (como decimos en la tierra mágica del vino) ayer.

Y tal vez sea por eso, por simplemente eso, que llegó a sudulce hogar. No fue feliz, tampoco comió perdices, pero me atrevería a decir que vivió apegado a algo frágilmente parecido. No deseaba beberse la vida a sorbos, siempre la deseaba a sorbitos porque lesentaba mejor.

Fue el hombre de la sonrisa eterna, el hombre alegre que enloquecía los días a los niños cada vez que aparecía por aquel campo de pinos y les enseñaba, de forma mas que ridícula, cómose le daban unos cuantos golpes a un balón con un sentido del gusto mas que dudoso y peculiar.

Realmente nadie sabía nada de él, sin embargo, verdaderamente, todo el mundo lo conocía. Era ese tipode hombre que, siempre, iba con el lacito puesto pero poca gente fue lo suficientemente suspicaz para tirar de él.

Siempre sentí una misteriosa curiosidad en cada uno de los pequeños detalles queadornaban su vida. Siempre sentí una fuerte atracción por saber cual era la verdadera identidad de un hombre que daba los buenos días envuelto en un silencio que hablaba entre alfileres. Curiosidadpor un hombre que se mezclaba entre los príncipes soñadores cada vez que la lluvia decidía aparecer para saltar sobre los charcos. Siempre sentí ansia por descubrir cada una de las letras que pintaba ensu libreta cuando se sentaba cada tarde en el banco de la soledad. Siempre, siempre……

Me conformaba con saber cuál era el valiente motivo que le hacía recorrer cada una de las calles siempre conuna rosa verde, aparentemente normal. Siempre parecía la misma, ni el mismísimo paso del tiempo se atrevía a hacerla marchitar. Era simplemente eso, sólo eso, descubrir el desván de un loco que buscaenfermizamente algo que parecía ser que le pertenecía de una forma peculiar.

Fueron tres mediáticas y poco errantes horas de camino siguiendo el absurdo rastro de un hombre que ni siquiera él...