Dos Caras De Una Misma Moneda
Por Enrique Leff*
Cual irrefrenable torbellino, los movimientos sociales y de liberalización surcaron el planeta en los años sesenta. Años en que también sonó laalarma ecológica.
La degradación ambiental se interpretó como una crisis de la civilización moderna, marcada por la destrucción de la naturaleza y el deterioro de la calidad de vida. Se responsabilizóde ello al proceso económico y se reconoció la importancia de incluir bases de sustentabilidad ecológica al desarrollo, a través del cambio de los patrones de producción y de consumo imperantes. Sinembargo, irrumpieron durante los ochentas las políticas de ajuste estructural y de recuperación económica. Mientras las políticas neoliberales tomaron fuerza en varios países de América Latina y elCaribe, los problemas ambientales se intensificaron: calentamiento global, contaminación atmosférica y de recursos hídricos, pérdida de biodiversidad y de fertilidad de las tierras por los procesos deerosión o desertificación. Tres lustros de neoliberalismo no han logrado reestablecer los niveles de crecimiento económico anteriores a la llamada “década perdida” de los años ochenta. Los indicadoressocioambientales muestran un notable incremento de la desigualdad social y la degradación ambiental (tasas de deforestación, pérdida de suelos fértiles, emisiones de gases invernadero). Pero elneoliberalismo ha hecho más que eso: está transformando la percepción del desarrollo sostenible. Mientras en 1970 se creía que el crecimiento económico era la principal causa del deterioro ambiental, hoy sepiensa que es más bien resultado de la insuficiente liberalización comercial y de no haber asignado forma de propiedad y precios a los bienes comunes de la naturaleza. Así -se dice- los mecanismosciegos del mercado se encargarán de ajustar los desequilibrios ecológicos y las desigualdades sociales. En la era de la globalización, se invoca pues, a las fuerzas benéficas del mercado para...
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