dos mujeres y tres hombres

DOS MUJERES Y TRES
HOMBRES EN UNA BALSA

Por Robert Schrank♣

Una tarde de junio dejé los
pasillos de la Fundación Ford y en 36
horas me encontré parado en los rápidos
del río Rogue en Oregon con otras tres
almas inciertas que se habían
embarcado en una semana de
“entrenamiento
de
supervivencia”
esponsoreada por Outwerd Bound. Era
un día frío y nublado y mientras
saltamos ennuestras balsas de caucho y
contemplábamos el Rogue, también nos
preguntábamos cada uno acerca del
otro.
Antes de embarcarnos en el
Greyhound para la plataforma de
partida del recorrido, pasamos la noche
anterior en un Hotel. Esa noche, el staff
del Outwerd Bound había distribuido
instrumentos de camping individuales y
bolsas de dormir impermeables para los
20 que éramos –casi todosnovatos-, y
nos habían dado una breve charla sobre
los peligros de ir en una excursión en
balsa por el río Rogue.
Mientras nos explicaban la
naturaleza de este viaje, los del staff me
hacían acordar a aquellos militares o
líderes de safari a punto de introducir a
un grupo de principiantes en un mundo
plagado de peligros. La charla fue una
especie de jerga machista acerca de

♣

RobertSchrank, es autor de numerosos
artículos y libros sobre management. Este caso
es considerado un clásico sobre temas de
Management Femenino y ha sido publicado en
el Harvard Business Review. Ha sido traducido
por Lidia Heller

marejadas, líneas de seguridad,
acarreos. Como ellos ya habían visto y
conquistado esos peligros, parecía que
podían hablar de esas cosas con
seguridad. Esta suerte de“charla de
hombres” sonaba primitiva a los oídos
de nosotros los novatos, y comenzamos
a percibir los graves peligros de allá
afuera como males a ser superados.
Si la charla tenía el propósito de
tranquilizarnos
su
efecto
fue
exactamente el contrario. Escuchar
detalladamente todo lo que podría
esperarnos al día siguiente incrementó
nuestra ansiedad. “Van a ser
distribuidos en las balsasy trabajar en
equipos” dijo Hill Boyd, el director de
Outwerd Bound para el noroeste, “y van
a ser responsables de guiar su balsa,
acampar cada noche, cocinar cada una
de las cuatro comidas para todo el
grupo, y ocuparse de todas sus
necesidades personales.”
El staff nos dividió en cuatro
grupos de cinco, cada uno de los cuales
permanecería junto durante toda la
semana. Nunca nosexplicaron con qué
criterio nos dividieron, pero de las cinco
balsas que había en el río la nuestra, la
número 4, fue la única que terminó con
dos mujeres y tres hombres. Uno de los
hombres era un miembro del Outwerd
Bound, un guía y consultor que era
considerablemente más joven que los
otros cuatro guías.
Los otros cuatro integrantes de
la balsa 4 estábamos atravesando los
cincuenta. Cadauno de nosotros había
experimentado un mínimo de éxito en
su vida, y Outwerd Bound nos había
invitado con la esperanza de que luego
de una semana de vivir en el Rogue
volviéramos del viaje convertidos en
seguidores y promotores de ellos.
En el río.
Como la mayoría de las otras 19
personas del viaje, en el momento de la
partida tenía poca o ninguna idea acerca

1

de con qué me iba aencontrar. Había
participado en algunos talleres acerca de
crecimiento humano, así que estaba
preparado, aunque también algo
sorprendido, por ver cómo gente
voluntariosa aceptaría la autoridad de
un líder de grupo completamente
desconocido. La mayoría de la gente es
capaz de participar en todo tipo de
extrañas y, en cierto sentido, nuevas
conductas sin mucho conocimiento
acerca de lasposibles consecuencias.
Este grupo no era una excepción. Todos
nosotros sabíamos algo acerca de
Outwerd Bound, pero no sabíamos nada
acerca de los otros, o de nuestro líder de
la balsa –John-, o del río Rogue.
Aún cuando la charla de
preembarco estuvo llena de la jerga
machista que mencioné, el staff no
describió que podríamos esperar que
nos pase, ni hablaron acerca de todos
los...