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SOBRE LA AUTORA
26 PEREGRINE
CRÉDITOS
27 ARIA
S
u amor y liderazgo ha sido puesto a prueba. Ahora es el momento para que
Perry y Aria unan a los Habitantes y Forasteros en un último y desesperado
intento para lograrequilibrar su mundo.
La carrera al Perpetuo Azul ha llegado a un punto muerto. Aria y Perry están
determinados a encontrar este último cielo libre de las tormentas de Éter,
antes de que Sable y Hess lo hagan, y ellos están igual de determinados a
permanecer juntos.
Mientras tanto, el tiempo se está acabando para rescatar a Cinder, quien ha sido
secuestrado por Hess y Sable por sus habilidades únicas.Y cuando Roar regresa al
campamento, el esta tan furioso con Perry que ni siquiera es capaz de mirarlo.
Perry comienza a sentir que ellos ya han perdido.
Sin opciones, Perry y Aria forman un equipo para montar una misión de rescate
imposible, porque Cinder no solo es la llave para llegar al Perpetuo Azul y su única
esperanza para sobrevivir, él también es su amigo. Y en un mundo moribundo, loslazos que existen entre las personas es lo más importante.
Traducido por Mari NC
A
ria dio un vuelco en posición vertical, el eco de los disparos resonando en sus
oídos.
Desorientada, parpadeó ante su entorno, asimilando las paredes de lona, los
dos camastros, y la pila de maltratados troncos almacenados, reconociendo
finalmente la tienda de Perry.
Dolor pulsaba constantemente en su brazoderecho. Miró el vendaje blanco
envuelto desde su hombro a su muñeca, el temor arremolinándose en su estómago.
Un Guardián le había disparado en Reverie.
Se lamió los labios secos, saboreando la amargura de la medicación para el dolor.
Sólo inténtalo, se dijo. ¿Qué tan difícil puede ser?
Dolores apuñalaron profundamente en su bíceps, mientras trataba de hacer un
puño. Sus dedos dieron sólo la más mínimacontracción. Era como si su mente
hubiera perdido la capacidad de hablar con su mano, el mensaje de
desvaneciéndose en alguna parte a lo largo de su brazo.
Poniéndose de pie, se tambaleó en su lugar por un momento, esperando que una
ola de mareo pasara. Había llegado a esta tienda tan pronto como ella y Perry
habían llegado días atrás, y no había salido desde entonces. Pero no podía quedarse
allíun segundo más. ¿Cuál era el punto, si ella no estaba mejorando?
Sus botas estaban en la parte superior de uno de los troncos. Determinada a
encontrar a Perry, se las puso, un reto con una sola mano.
—Cosas estúpidas —murmuró. Tiró con más fuerza, el dolor en el brazo
convirtiéndose en una quemadura.
—Oh, no culpes a las pobres botas.
Molly, la sanadora de la tribu, dio un paso a través de losfaldones de la tienda con
una lámpara en la mano. Cabello suave y gris, no se parecía en nada a la madre de
Aria, pero tenían conductas similares. Estable y fiable.
Aria metió los pies en sus botas, nada como una audiencia para motivar, y se
enderezó.
Molly puso la lámpara sobre los troncos y se acercó.
—¿Estás segura de que debería estar levantada?
Aria apartó su cabello detrás de la oreja ytrató de ralentizar su respiración. Sudor
frío había estallado a lo largo de su cuello.
—Estoy segura de que me volveré loca si me quedo aquí por más tiempo.
Molly sonrió, sus mejillas llenas brillando en la luz de la lámpara.
—He escuchado ese mismo comentario unas pocas veces hoy. —Presionó una
mano de piel rugosa en la mejilla de Aria—. Tu fiebre bajó, pero necesitas más
medicación.
—No. —Aria...
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