Dr barthes
Para ponernos en contexto, recordemos que Grigori Yefimovich Rasputín, había llegado a ser uno de los hombres más influyentes de lacorte del Zar Nicolás II. Ocupó este privilegiado lugar en la corte con sus promesas de cura para la enfermedad del único hijo de los zares, Alexis Nikoláyevich, quien padecía hemofilia.
Muchos eranlos rumores de su agitada vida sexual, y su magnetismo con las mujeres de la alta sociedad, que sucumbían ante sus casi 2 metros, su mirada penetrante y ese poder de convencimiento sexual, queaprendió mientras era parte de una secta religiosa en donde las orgías y cosas extrañas eran parte del día a día. Pero también se decía que el “monje loco”- como también se le conocía -, era un hombre muybien dotado.
Si bien su asesinato aún tiene diversas versiones, las cuales incluyen espionaje, conspiración, celos de un esposo engañado y otras cosas más, se dice que sus asesinos, con el fin defestejar su muerte, le cortaron el pene y lo guardaron como trofeo, luego tiraron el cuerpo al río y después de ser encontrado fue incinerado.
Pues cuenta la leyenda que el miembro permaneció en laclandestinidad hasta 1967 cuando una anciana parisina reveló que lo había guardado durante años en una caja de madera – imaginamos que dentro de un frasco con formol, y con mucho cariño -, el famoso pene.Este fue comprado por el doctor ruso Igor Knyazkin, jefe del Centro de Próstata de la Academia rusa de las Ciencias, quien es dueño del Museo Erótico de San Petersburgo. ¿El costo? 8 mil dólares y...
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