dreko
Trabajaba todos los días, salía antes del amaneceral bosque y regresaba al anochecer con una carga de leña que vendía por dos reales.
Su esposa “La mujer de ojos tristes” siempre lo atendíaen la cena que nuncatenía variaciones. Macario trabajaba tanto como le fuera posible y los sábados por la noche se reservaba dos centavos para un trago de mezcal.
Su mujerpercatándose delexcelente esposo que tenía, empezó a ahorrar durante tres años y le compró un pavo gordo en la plaza, lo cocinó y se lo dio a Macario sin que sus hijos sedieran cuenta, le dijo que era el regalo por susanto y que se lo comiera a solas en el bosque.
Macario busco el lugar en el bosque, se acomodó y pensó en dormir todoel día después de comer. Pensó que su esposa era una gran cocinera sólo que nuncapodía demostrárselo debido a sus limitaciones, claro que con eso ella hubierareventado de orgullo. Se lavó las manos en un arroyo, tomó el pavo y se dispuso a comer.
Al intentar comer se percató dela presencia frente a él de un charro vestidode negro con accesorios de una persona rica, que observaba la operación de dicho pavo. Macario lo miró y él sonrió maliciosamente previamente a pedirle unpedazo desu pavo.
Macario no accedió, el charro le ofreció sus espuelas a cambio de una pierna pero Macario lo rechazó nuevamente con el pretexto de no tener caballo.
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