Drogas

En la primera parte de este ensayo hablamos de los aspectos más teóricos del problema de las drogas, concluyendo que no es legítimo ni moral que el gobierno limite la libertad individual. Ahora, aunaceptando esto, es posible opinar que en determinadas ocasiones, de cara al “bien común” restringir la libertad es un “mal necesario” con efectos beneficiosos que lo compensan. Esto es diferente adecir que “el fin justifica los medios” puesto que la libertad es un fin en sí misma. Lo que vamos a discutir es en realidad el extendido enfoque utilitarista que opina que la felicidad, o el bien,entendidos de forma general, se maximizan en casos como las drogas reduciendo la libertad.
Veamos primero que efectos y resultados consigue la prohibición. Lo primero que salta a la vista es que a pesarde la ilegalización, un enorme porcentaje de la población ha consumido drogas ilegales alguna vez y otro porcentaje no pequeño las consume con periodicidad. Además de esto, son fácilmente accesiblespara cualquiera, menores incluidos. Seguro que la gran mayoría de los lectores de este ensayo han sido objeto de ofertas por parte de traficantes sin siquiera buscarlos. La droga está por todas partesy quien quiere conseguirla la tiene siempre disponible, negarlo es pecar de ingenuo. No importa cuántos traficantes detengamos y encarcelemos o cuantos paquetes de droga confisque la policía, siempreaparece gente nueva para cubrir el “hueco” en el mercado negro. Es una guerra imposible de ganar. Luego que estén prohibidas no ha conseguido ni que la gente deje de tomarlas, ni hacerlasinaccesibles al público.
Aunque personalmente nos pueda parecer absurdo o triste, tenemos que aceptar que hay bastante gente que quiere drogas, ya sea tabaco, alcohol, cannabis o cocaína. La demanda existe yprohibir esas sustancias no elimina el mercado, simplemente lo convierte en un mercado negro, con las consecuencias que esto acarrea.
La prohibición trae consigo un aumento enorme del crimen. Ya lo...