dromedario
En mi caso, el cuestionamiento se originó de una charla que compartí en la Legislatura porteña con el embajador palestino Walid Muaqqat. Allíconvoqué a todos los sectores, y en especial a la colectividad judía, a reclamarle al gobierno de Israel que detuviera su ataque militar contra la Franja de Gaza.
Según Dobry, esto implicaba que paramí “los argentinos de origen judío son extranjeros”. Se equivoca. Mi invitación a presionar al gobierno israelí estuvo y está dirigida a todos los judíos, tanto argentinos como de otros países. Esevidente que para Dobry resulta intolerable que una parte de la comunidad judía internacional, incluso dentro del propio Israel, haya rechazado la ofensiva armada anti-palestina de Netanyahu.
Como undato adicional, de acuerdo a la llamada “ley del retorno”, el Estado de Israel reconoce el derecho a la ciudadanía y a la residencia a toda persona judía o descendiente de judíos hasta la tercerageneración, sea oriunda del país que sea. Esto Dobry lo sabe bien, por eso su acusación fue doblemente errada.
Pero estas cuestiones de pasaporte son secundarias frente a la amalgama que Dobry hizoentre antisionismo y antisemitismo, incluyéndome en este último. Es parte de una permanente campaña malintencionada en ese sentido.
Condeno profundamente el antisemitismo y toda otra forma deracismo, apartheid o limpieza étnica. Siento repudio visceral frente a todo grupo nazi o filo-nazi. Precisamente por coherencia con esos principios democráticos me opongo en forma tajante al sionismo, esdecir a la ideología y a la política de persecución violenta y metódica que el Estado de Israel viene llevando adelante contra el pueblo palestino en general y ahora contra la población de Gaza en...
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