NIETZSCHE CONTRA WAGNER DOCUMENTOS DE UN PSICÓLOGO PREFACIO. Los capítulos siguientes fueron seleccionados, no sin precaución de entre mis escritos anteriores -algunos que se remontaban a 1877-, acaso aquí y allá aclarados y, sobre todo abreviados. Leídos seguidamente, no dejarán duda ni sobre Richard Wagner ni sobre mí; somos antípodas los dos. Se comprenderá también alguna otra cosa, porejemplo: que esto es un ensayo para psicólogos, pero no para alemanes... Yo tengo lectores en todas partes: en Viena, en Petersburgo, en Copenhague y en Estocolmo, en París y en Nueva York; no los tengo en el país más romo de Europa: en Alemania... Y tendría también acaso una palabra que decir al oído a los señores italianos a quienes amo tanto, cuanto Quousque tandem, Crispi... Triple alianza: con el“Reich”, un pueblo inteligente, no hace nunca otra cosa que una mésalliance ... Friedrich Nietzsche Turin, Natale, 1888 UNA MÚSICA SIN PORVENIR. Entre todas las artes que pueden crecer en el terreno de una determinada cultura, la música hace su aparición la última, quizá porque es la más íntima y, por consiguiente, la que últimamente se logra, en el otoño y en el florecimiento de la cultura de quesiempre forma parte. El alma de la Edad Media no encontró su expresión sino en el arte de los maestros holandeses; su arquitectura de los sonidos es la hermana mayor, pero legítima y del mismo grado que la gótica. Precisamente en la música de Haendel resonó lo mejor del alma de Lutero y de sus afines; el rasgo hebraico-heroico que dio a la Reforma líneas de grandeza, el Antiguo Testamente hechomúsica, no el Nuevo. Sólo Mozart acuño la época de Luis XVI y el arte de Racine y de Claudio Lorrain en oro sonante; sólo en la música de Beethoven y de Rossini cantó el siglo XVIII, el siglo de la exaltación, de los ideales quebrados y de la felicidad fugitiva. Toda música verdadera y original es un canto de cisne. Acaso también nuestra recientísima música, aun cuando domine y tenga sed de dominación,tiene solamente ante sí un breve espacio de tiempo, porque nace de una cultura cuyo terreno va rápidamente en declive, de una cultura que dentro de poco será sepultada. Cierto catolicismo del sentimiento y un gusto por ciertas creaciones o determinados nacionalismos, son las premisas de aquella música. Los empréstitos hechos por Wagner de ciertas antiguas leyendas y canciones en las que elprejuicio de los doctos había enseñado a ver algo de germánico por excelencia -hoy nos reímos de esto-; la nueva vida dada a estos monstruos escandinavos, con un sed de rápida sensualidad y de espiritualización; todo ese dar y tomar que Wagner hace con la matería, con las figuras con las pasiones y con los nervios, expresa claramente el espíritu de su música, suponiendo que ésta, como toda música, nosepa hablar de sí de un modo no equívoco, porque la música es femenina... No
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nos debemos dejar engañar sobre este estado de cosas por el hecho de que vivimos precisamente en la reacción dentro de la reacción. La época de las guerras nacionales, del martirio ultramontano, todo ese carácter de intervalo entre dos actos propios de lasituación moderna de Europa, puede, en realidad, crear un gloria improvisada a un arte como el de Wagner, sin con ello garantirle un porvenir. Los alemanes mismos no tienen porvenir... NOSOTROS LOS ANTÍPODAS. Alguien quizá recuerde, por lo menos entre mis amigos que yo me lancé al mundo moderno con cierto errores y supervaluaciones, y en todo caso con muchas esperanzas. Yo entendía -¿quién sabe enqué esperanzas me fundaba?- el pesimismo filosófico del siglo XIX como síntoma de una más alta fuerza de pensamiento, de una victoriosa plenitud de vida, cual se había manifestado en la filosofía de Hume, Kant y Hegel; yo consideraba el conocimiento trágico como el más bello lujo de nuestra cultura, como su más precioso, más noble, más peligroso modo de disipar; pero en todo caso como un lujo...
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