Dualizar La Ciudad Dual

DUALIZAR LA CIUDAD DUAL
PERE LOPEZ
Viento Sur, Madrid, núm. 13, 1994, págs. 7176.

¿Hablar de la ciudad? No, gracias. Ya son demasiados quienes un día y otro la invocan como seña de actualidad aunque para nombrarla prefieran denominarla metrópoli. ¿Hablar, además, del derecho a la ciudad? Todavía peor: los derechos son los reveses de los deberes, y así en la naturalidad de nuestrasobligaciones hasta también se les ha empezado a querer conceder a los animales la calidad de sujetos sujetados socialmente. ¿Darle la vuelta a las cosas, a las palabras?. Una y otra vez parece que eso es lo que nos queda cuando todo huele a podrido. Pero la ruta de los interrogantes carece de horizontes y si bien esa pérdida de sentido no es del todo perniciosa lo cierto es que a cada tropiezo en esedeambular sin sentido sólo se consigue engordar ése no saber qué hacemos ahora y aquí. Desde luego que para escapar a esa impotencia que nos invade no es conveniente recrear los cuentos que nos contábamos: no hay atajos para salir de la incertidumbre del querer decir/hacer algo sin saber qué decir/hacer pero sabiendo de sobras que bastantes palabras y actos están desgastados, o peor: sólo sirven paraque ellos se regocijen. ¿Y quiénes son ellos?, ¿quiénes somos nosotros? Igual buscando el adversario hemos acabado perdiéndonos nosotros. Y tampoco ese es mal asunto ya que si seguimos precisando un reencontrarnos ya no queda más remedio que olvidarse de ellos. Consecuencias: ¿sin enemigos a la vista también se desvanece la identidad del nosotros?, posiblemente sea así, pero tampoco esto estádemasiado claro pues se puede probar de tantear entre nosotros y sin ellos qué queremos. ¿Entre nosotros?, pero cuántos somos, dónde estamos, qué hacemos. La cuestión del número tiene que ser irrelevante: la ley del número, el cálculo sólo tiene que ver con la eficacia del control, la guerra de cifras es cosa de la estadística, es decir de la ciencia del Estado. La cuestión de la localización es materiade estrategas, la cartografía es atributo de militares o para-militares, la geografía es un arma para la guerra. Queda así el qué hacemos/pensamos deambulando por los espacios que

pisamos negándonos a ser un simple número codificado.

Contra las maneras de decir la ciudad Al espacio que pisamos se le llama ciudad, pero ¿y si la ciudad, o cómo se la quiera denominar, fuera una artimaña parala distracción de quienes aspiran a vivir los lugares? Igual no es del todo conveniente volver a recurrir a aquella idea de la ciudad como noción-filtro, donde se insistía en el hecho de que hablando de la ciudad siempre se habla de otras cosas que la desbordan o que bien sólo utilizan los espacios urbanos como plataformas; serían los casos, por ejemplo, de la metrópoli competitiva como reflejo dela economía, de la ciudad de los ciudadanos como argumento de la gobernabilidad. De aquellas pistas, sin embargo, si que puede ser pertinente retener que la ciudad es como es en tanto que algunos hablan por ella y de unas determinadas maneras, y a la inversa la ciudad no es como es porque no entra en los lenguajes al uso sobre lo urbano. En fin, no hay ciudades sin maneras de decirlas, y laciudad, hoy metrópoli, no es nada sin quienes hablan por ella. Quienes hablan de la ciudad, dicen lo que fue, lo que es y lo que será, sin embargo, no sólo juegan con las palabras sino que juegan con quienes están encerrados en esos espacios a los que ellos quieren darle un sentido, proponiendo diagnósticos y dictando orientaciones estratégicas. Los urbanistas, sea cual sea el altavoz que utilicen,juguetean con los urbanitas marcándoles los escenarios de sus itinerarios y trayectorias. ¿Vale pues la pena seguir hablando de la ciudad sabiendo que se está hablando por la ciudad?, y , ¿hacerlo sabiendo que ese lugar en el fondo no es más que el campo de correrías de quienes viven o malviven en ella?. No sobran, desde luego, argumentos para anotar que toda palabra es una palabra de más si...