Dulzuras y amarguras
Edición No. 28, octubre de 2001
Sistema de Bibliotecas Universidad de Antioquia
DULZURAS Y AMARGURAS
DEL DEVORADOR DE LIBROS
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE
DULZURAS Y AMARGURAS DEL DEVORADOR DE LIBROS
Fui, pues, al Ángel, pidiéndole que me diera el libro. Y me dijo: Tómalo y devóralo: que llenará de amargura tu vientre, aunque en tu boca será dulce como lamiel. Entonces recibí el libro de la mano del Ángel, y lo devoré, y era en mi boca dulce como la miel; pero habiéndolo devorado, quedó mi vientre lleno de amargura
(Apocalipsis, X, 9-10)
El mejor (y el peor) de los mundos posibles
Hay quienes ven en las manifestaciones de la cultura contemporánea indicios del fin del mundo.
Son los que Umberto Eco bautizó apocalípticos. Sienten conaprensión que todo va de mal en peor, sueñan con una Arcadia pretérita de la que tienen noticias de tercera mano, y sienten una nostalgia desesperada por ese pasado imaginario en el que todo era bueno y auténtico: los hombres, la comida, los animales, la naturaleza. Otros, los integrados, le dan la bienvenida, alborozados, a todo cambio. La evolución del hombre, los pasos de la historia, serían unalínea ascendente de constantes progresos. Para ellos las innovaciones tecnológicas son extensiones útiles de las capacidades del hombre y consideran inexistentes o despreciables los efectos colaterales negativos que puedan traer las novedades.
Con relación a la lectura, el apocalíptico no haya más que síntomas alarmantes. Los jóvenes leen cada vez menos y, lo que es peor, no entienden lo pocoque leen. Los niños frente a la pantalla de la televisión son como muñecos descerebrados, con curiosos ataques de histeria o de epilepsia ante determinados movimientos espasmódicos de unos monigotes absurdos llamados dibujos animados, y que son tan inanimados como ilógicos. Ya nadie es capaz de concentrarse en un buen libro de ochocientas páginas; la gente, en progresiva abulia, arrastra sus díasfrente a una pantalla embrutecedora, que unifica las conciencias, acaba con la individualidad y lava los restos de espíritu que pudieran quedar.
El integrado, en cambio, saluda las nuevas comunicaciones con ánimo optimista. Los niños aprenden más que nunca antes: la pantalla de la televisión les abre los ojos al mundo, los estimula a hacer preguntas, a ir más allá de su experiencia inmediata,les da una capacidad de descifrar imágenes, de manejar cambios de tiempo, y todo esto sin duda desarrolla sus capacidades intelectivas. No se puede comparar la vida de hoy con la de antes en que la gente tenía que soportar el ambiente estrecho, asfixiante de unos vecinos chismosos en unos pueblos aburridísimos. Ahora la gente hace lo que quiere con su tiempo y es posible que por sugerencia de latelevisión lleguemos a leer un libro de ochocientas páginas.
A cada cual le está permitido buscar su propia visión del mundo.
¿Cabe la posibilidad de ser apocalíptico e integrado a la vez? Así me siento yo; con sensaciones pendulares de bienestar y malestar en el mundo contemporáneo. Si me asomo al pasado que añora el apocalíptico, noto que en cien o doscientos mil años de homo sapienslalectura es un asunto muy reciente: de los últimos seis mil años. No todo tiempo pasado fue mejor, al menos para la lectura, sin contar con el hecho de que ésta fue, por milenios, privilegio de las castas sacerdotales. Pero también se nota en el mundo moderno un cambio tan grande en la percepción del tiempo, que da la impresión de que para muchos la lectura es un ejercicio que se prefiere evitar, porlargo, por difícil. Como el placer es menos inmediato, como el lector no flota en el facilismo pasivo del espectador, muchos escogen el camino menos arduo. Pocos tienen la paciencia de llegar a esos placeres más hondos que a veces sólo da la larga duración, la lentitud.
Los siguientes apuntes sobre la lectura y temas aledaños (el libro, la escritura, la televisión, los medios electrónicos de...
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