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Chilenas y chilenos:
Quisiera que mi voz llegara a todos los que me apoyan y también a aquellos que tienen una posición distante de mi Gobierno. Desearía que mi voz pudiera viajar a través deltiempo, para alcanzar tanto a los chilenos de nuestro pasado, como a los del futuro. A los que se fueron defendiendo sus ideales, y a esos que serán los herederos de nuestras obras, de nuestros aciertosy de nuestros errores. Sé que hoy, muchos de mis compatriotas sienten ansias por saber que nos depara el futuro y guardan las esperanzas para afrontar el mañana.
Como Presidente de la República tengoel deber constitucional y moral de poner todo lo que esté a mi alcance para avanzar en la búsqueda de la verdad y reforzar un clima de unidad nacional. Durante estos meses he pensado en este momento,en esta responsabilidad que recae sobre mis hombros, les pido que confíen en mí, que me ayuden a tomar las decisiones correctas. Debo ser justo y consecuente. Es difícil, lo sé, pero pondré todo demi parte para hacer que Chile progrese como nación.
Hoy vivimos un momento crucial en la lucha por hacer que se respeten los derechos humanos; una larga lucha que se remonta al instante mismo en quese produjeron las primeras y masivas atrocidades. Lo alcanzado es el fruto de un muy largo camino. Gracias a la acción abnegada y generosa, heroica a ratos, de muchos compatriotas, que abrazaron desdeel primer momento la causa de los derechos humanos y la defensa de la vida. Muchos de los que en estos días, aquí en este Palacio, colaboraron conmigo analizando la información que recibí, trabajo quecomenzaron hace 27 años en el Comité Pro Paz. A ellos, a las instituciones, a las agrupaciones que orientaron su acción, el país les debe gratitud. Gracias por ello.
Una vez que reconquistamos lapaz e iniciamos el camino hacia la democracia, la Comisión Rettig hizo el primer gran esfuerzo para dar cuenta de la verdadera dimensión del drama de lo que había ocurrido, del drama de los detenidos...