eber josue
Un día, apareció en su restaurante Sopón dispuesto acenar. Sopón era un sapo grandón y un poco bruto, y en cuanto le presentaron los exquisitos platos de Renata, comenzó a protestar diciendo que aquello no era comida, y que lo que él quería era unabuena hamburguesa de moscardón. Renata acudió a ver cuál era la queja de Sopón con sus platos, y cuando este dijo que todas aquellas cosas eran "pichijiminadas", se sintió tan furiosa y ofendida, que sinmediar palabra le arreó un buen sartenazo.
Menuda trifulca se armó. A pesar de que Renata enseguida se dio cuenta de que tenía que haber controlado sus nervios, y no dejaba de pedir disculpas aSopón, éste estaba tan enfadado, que decía que sólo sería capaz de perdonarla si él mismo le devolvía el sartenazo. Todos trataban de calmarle, a sabiendas de que con la fuerza del sapo y la pequeñez dela rana, el sartenazo le partiría la cabeza. Y como Sopón no aceptaba las disculpas, y Renata se sentía fatal por haberle dado el sartenazo, Renata comenzó a hacer de todo para que le perdonara: ledio una pomada especial para golpes, le sirvió un exquisito licor de agua de charca e incluso le preparó.. ¡una estupenda hamburguesa de moscardón!
Pero Sopón quería devolver el porrazo como fuerapara quedar en paz. Y ya estaban a punto de no poder controlarle, cuando aparecio un anciano sapo caminando con ayuda de unas muletas.
- Espera Sopón-dijo el anciano- podrás darle el sartenazo cuando yote rompa la pata. Recuerda que yo llevo muletas por tu culpa.
Sopón se quedó paralizado. Recordaba al viejo que acababa de entrar. Era Sapiencio, su viejo profesor que un día le había salvado de...
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