Eclipse
Bella:
No sé por qué te empeñas en enviarle notas a Billy por medio de Charlie como si estuviéramos en el colegio. Si quisiera hablar contigo, habría contestado la
Ya tomaste tu decisión, ¿verdad? No puedes tenerlo todo cuando
¿Qué parte de “enemigos mortales” es la que te resulta tan complicada de mira, ya sé que me estoy comportando como un estúpido, pero es que no veo otraforma. No podemos ser amigos cuando te pasas todo el tiempo con esa pande de
Simplemente, lo paso peor cuando pienso en ti demasiado,a sí que no me escribas más
Bueno, yo también te echo de menos. Mucho. Aunque eso no cambia nada. Lo siento.
Jacob
cosas de modo diferente a los demás.
Perspicaz. Era una buena definición de mi madre, al menos cuando prestaba atención a las cosas. La mayorparte del tiempo Renée estaba tan apabullada por lo que sucedía en su propia vida que apenas se daba cuenta de mucho más, pero este fin de semana me había dedicado toda su atención.
Phil estaba ocupado, ya que el equipo de béisbol del instituto que entrenaba había llegado a las rondas finales y el estar a solas con Edward y conmigo había intensificado el interés de Renée. Comenzó a observar tanpronto como nos abrazó y se pasaron los grititos de alegría; y mientras observaba, sus grandes ojos azules primero habían mostrado perplejidad, y luego interés.
Esa mañana nos habíamos ido a dar un paseo por la playa. Quería enseñarme todas las cosas bonitas del lugar donde se encontraba su nuevo hogar, aún con la esperanza de que el sol consiguiera atraerme fuera de Forks. También quería hablarconmigo a solas y esto le facilitaba las cosas. Edward se había inventado un trabajo del instituto para tener una excusa que le permitiera quedarse dentro de la casa durante el día.
Reviví la conversación en mi mente...
Renée y yo deambulamos por la acera, procurando mantenernos al amparo de las sombras de las escasas palmeras. Aunque era temprano el calor resultaba abrasador. El aire estaba tanimpregnado de humedad que el simple hecho de inspirar y exhalar el aire estaba suponiendo un esfuerzo para mis pulmones.
—¿Bella? —me preguntó mi madre, mirando a lo lejos, sobre la arena, a las olas que rompían suavemente mientras hablaba.
—¿Qué pasa, mamá?
Ella suspiró al tiempo que evitaba mi mirada.
—Me preocupa...
—¿Qué es lo que va mal? —pregunté, repentinamente ansiosa—. ¿En qué puedoayudarte?
—No soy yo —sacudió la cabeza—. Me preocupáis tú... y Edward.
Renée me miró por fin, con una expresión de disculpa en el rostro.
—Oh —susurré, fijando los ojos en una pareja que corría y que nos sobrepasó en ese momento, empapados en sudor.
Vais mucho más en serio de lo que pensaba —continuó ella.
Fruncí el ceño, revisando con rapidez en mi mente los dos últimos días. Edward y yoapenas nos habíamos tocado, al menos delante de ella. Me pregunté si Renée también me iba soltar un sermón sobre la responsabilidad. No me importaba que fuera del mismo modo que con Charlie, porque no me avergonzaba hablar del tema con mi madre. Después de todo, había sido yo la que le había soltado a ella el mismo sermón una y otra vez durante los últimos diez años.
—Hay algo... extraño en cómoestáis juntos —murmuró ella, con la frente fruncida sobre sus ojos preocupados—. Te mira de una manera... tan... protectora. Es como si estuviera dispuesto a interponerse delante de una bala para salvarte o algo parecido.
Me reí, aunque aún no me sentía capaz de enfrentarme a su mirada.
—¿Y eso es algo malo?
—No —ella volvió a fruncir el ceño mientras luchaba para encontrar las palabrasapropiadas—. Simplemente es diferente. Él siente algo muy intenso por ti... y muy delicado. Me da la impresión de no comprender del todo vuestra relación. Es como si me perdiera algún secreto.
—Creo que estás imaginando cosas, mamá —respondí con rapidez, luchando por hablarle con total naturalidad a pesar de que se me había revuelto el estómago. Había olvidado cuántas cosas era capaz de ver mi madre....
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