Ecologia urbana
José SEGuINOL BARBOSA
INTRODUCCIÓN Tradicionalmente en nuestras esferas académicas e intelectuales la historia social y la historia de la naturaleza han sido trabajadas como áreas científicas separada’. De esta manera se desliga la historia del ser humano de la historia dc la naturaleza, y no se concibe la vida humana comoun ente integrado al cambio ecológico. ní mucho menos como un causante de este. A pesar de que en el plano internacional la literatura sobre el estudio de la relación naturaleza-sociedad ha sido considerable en los últimos diez anos--, en Puerto Rico ésta producción se ha limitado a un reducido grupo interesado en los problemas ecológicos3.
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Esta divi si un dc la e ic neja en socialimt ural responde al efecto histórico que sobre la división dcl
conocí mi e nl o ha te ni do cl desarrollo dcl e ¡pit ~lismo. Para niás de Ialle véase: li’ss,-í,¡x- Marx/sto dc lo Ldocacuso, Bodgon SueL ‘¡dolsk i, Editorial fin] síbo, México. 1 965 2 Entie estos trabajos se incluyen a) H ms MaoNt :s ENzrNsisiuuouu (1973): Por,, no,, Críti,.a tic la
Ecolrígíc¡ Pc,Iíuico, (2uade ¡nos Anagídma Batce oua: b) 6- Di ¡uy: 1-A Mí,>. lcr y O[u Ss (1981)): Crisis l—ic,nónsic-c, Lc,sló~ft-,, É risi.s lTs-ológe o s 1 ooo,o,a, Ecli ei¡snes Mu-aguan,> - Ni adrid: e He rbert MA R(LJSE Y Os us Ss (1975): Ecología s’ Res-oh u jón, Ediciones N ucva Visión. A¡ge ntina d) Fraísk ERA Si? R DA ¡11150 (1972): (oiIcicOt-ia Scscio/ y Mcdi,> A ,,sl,ic,:te, Mcx ¡Co D F ) Miche1 B s~U ¡(1979): Ecología yLibertad, Editorial (3 astas,, U, II - Barcelona: y 1) Robert ( ¡st z (1913) Por it, a Tierra 1 labitable, Edil, ji al Pas, Xi ¿sico, D- E
Ana/es de Geografía de la Universidad Complutense, n.a Ib, 161--184 Servicio de Publicaciones. Universidad Complutense. Madrid, 1996
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José Seguinot Barbosa
La divulgación masiva de estos trabajos ha sido restringida a algunas aulas académicas ygrupos ambientalistas, dada la falta de acceso a medios masivos de información. Por otro lado, la producción de trabajos de carácter «científico» con enfoques principalmente funcionalistas ha sido más ampliamente aceptada por los medios de divulgación, basándose sobre todo en el criterio de «ciencia neutralista», cuyo corte es esencialmente positivists. La separación del conocimiento o divisióndel trabajo intelectual ha ocasionado que los ecólogos, geógrafos y otros «científicos» ambiantalistas rechacen todo mecanismo de explicación social de los problemas de la naturaleza y que los investigadores sociales disipen toda posible explicación ecológica de los problemas humanos. La segunda posición puede comprenderse en el contexto de que las ciencias sociales han estado dirigidas pordiversas corrientes deterministas, maltusianistas y biologicistas desvirtuando toda posible explicación dialéctica de los problemas sociales4. Sin embargo, es posible rescatar el marco ecológico como parte del método dialéctico, haciendo de la historia de los tenomenos naturales y de la historia del ser humano un solo acontecimiento: la historia de la humanidad2. Con marcada frecuencia los científicosnaturales se han amparado en la posición de que las ciencias sociales nada tienen que ofrecer a las ciencias «puras». Esta situación oculta la condición de que toda aétividad humana llámese científica o no, se produce dentro de un modo de producción específica, y que por lo tanto las ciencias responden en gran medida a las normas ideológicas predominantes, tanto como a quienes poseen control delos medios productivos. De esta manera, un especialista en botánica que colecta plantas podría asumir una doble actitud: 1) dc pasividad frente a todo posible cambio social,
En este grupo se ineluven los siguientes t¡ab;¡jos: t¡) Bt ?ITRAStS5 ORTIZ. (arItis (1984): PIse Deí-eloptnet¡ 5 rif Capital>>’,¡ ¡o 1 ¡íc’rto U ica: [ron, c,fffec t,í ¡‘Ii ,¡r,oa,eoiic,,ís. 0< ¡ncrc¡ícia ofre cid:¡ en la...
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