Ecologia y gestion cultural

/ Ensayo / Marcela Vera E.
Hace un mes aproximadamente, al salir de mi casa alrededor de las 8 de la noche, observé con mucha sorpresa una pequeña maravilla de la naturaleza. En un árbol (desconozco el nombre) que está frente a mi casa y cuya fronda se extiende de lado a lado de la calle, “aparecieron” un sinnúmero de finísimos hilos de seda que colgaban de todas las ramas, en cuyas puntasinferiores descansaba un pequeño gusano. La vista era genial, muchísimos gusanitos colgantes, prendidos de brillantes hilos plateados, a la luz de la luna (y del escaso alumbrado público), a todo lo ancho de la calle en diferentes niveles de altura, algunos casi hasta el suelo, otros muy arriba, apenas bajando de la rama que los sostenía, la mayoría al alcance de la mano. Para mí, que desconozco lanaturaleza del fenómeno, representó en ese momento un bello misterio, ya que en los años que tengo de pasar por esas calles, nunca había visto algo así. Muy probablemente tenga que ver más con mi falta de observación que con lo inédito del suceso. Cuando regresé de los asuntos a los que había salido, me encontré con lo previsible, ya no había gusanitos y los hilos parecían hilachos de una tela vieja.Los autos habían hecho su trabajo y los gusanos ya no han vuelto.
Casi no existen acontecimientos de la naturaleza, que no se vean afectados por la interacción del ser humano con ésta. Aunque formamos parte de ella y estamos hechos de la misma materia prima que conforma nuestra oycos, parece que hemos construido significados ontológicos que nos separaron del resto de los seres y materias con losque compartimos el planeta. Se han desarrollado diferentes interpretaciones sobre los orígenes de la relación que entablamos con la naturaleza, que van desde la que ganó terreno en el tiempo y el espacio de la humanidad, y que envuelve a las sociedades, con sus consiguientes efectos en el medio ambiente más allá de sus territorios, hasta aquellas génesis que nos llevan a entender las “otras”significaciones que determinan los modos de relación ser humano-naturaleza, más desde el saber que da la observación interactuante y las habilidades humanas que de la herramienta, formas que quedaron reducidas y/o relegadas al ámbito de lo atrasado (C. Trueba).
Esas elaboraciones que conforman la idea del hombre occidental desarrollado como centro del universo, cuyas necesidades han de ser resueltasa través del dominio del entorno natural en el que se hubieren asentado, han trabajado en la reducción de los otros saberes: “Hay producción de no existencia siempre que una entidad dada es descalificada, tornada invisible, ininteligible o descartable de un modo irreversible. Lo que une a las diferentes lógicas de producción de no existencia es que todas sean manifestaciones de la mismamonocultura racional” (B. de Souza, 1994).

Y la Ecología, ¿cómo tendría cabida desde lo que hago?

Un tiempo lineal sin retorno, una mujer urbana y sus cautiverios (ir por los niños, pasar al súper, prepararles la cena…), unos fragilísimos gusanos colgantes del árbol de flores amarillas y frutos que no se comen, la intuición de que el misterio de los gusanos colgantes sí tiene que ver conmigo…

¿Quéopciones habría puestas ahí, para el encuentro con los procesos vitales, interactuantes y dinámicos que la naturaleza despliega, aún en territorios acaparados por la modernidad?:

Observar el entorno que nos rodea, parece que es una práctica que se va olvidando en los territorios urbanizados. ¿Los gusanos aparecen de manera cíclica o fue ocasional? ¿Qué acciones se suceden previas a suaparición? ¿Se trata de una plaga? No sabría responder a estas preguntas; sin embargo, al ser yo, parte de una localidad (muy estratificada, por cierto) y como persona (creo yo) capaz de establecer vínculos con aquellos/as que por generaciones han estado asentados en San Felipe del Agua, tengo la opción de encontrar algunas respuestas, ahí, en esa población que, mal que bien, ha estado más en contacto...