ECOLOGIA

Análisis

COP

Un mar de sustancias tóxicas
El presente artículo arroja luz sobre cómo los
contaminantes orgánicos persistentes perturban los ecosistemas marinos

«Hemos lanzado un bombardeo de sustancias
químicas “comparable en su barbarie al mazo del
hombre de las cavernas” contra el mismo tejido
de la vida.» (Rachel Carson)

C

uando en su libro Primavera
Silenciosa RachelCarson desató la
alarma sobre el impacto del DDT en
la vida silvestre, no se proponía iniciar un
movimiento contra sustancias tóxicas
persistentes y liposolubles, como los
pesticidas que se incorporan a la cadena
alimentaria. Más bien se sentía obligada a
informar a todo el mundo de su
descubrimiento: de que la naturaleza es
vulnerable ante la acción del hombre. La
obra de Carson se tradujoen un mayor
control de los efectos de pesticidas y otras
sustancias químicas en la naturaleza y la
vida silvestre. Antes de dirigir su atención
hacia los pesticidas, en los inicios de su
carrera, la investigadora se dedicó al
estudio de los océanos. Comenzó a trabajar
como bióloga marina en la Oficina de Pesca
de los Estados Unidos en Washington DC y
más tarde pasó al Servicio de Peces yVida
Silvestre. Su libro de 1951, The Sea around Us
(El mar que nos rodea) recogía los últimos
datos científicos que por aquel entonces se
conocían sobre los océanos.
«Carson hizo sonar las señales de alerta
sobre el peligro de las sustancias tóxicas a
fin de proteger la vida silvestre. Sin
embargo, ahora mismo, 40 años después de
la publicación de Primavera Silenciosa,
todavía no hemosconseguido que los
gobiernos y las agencias reguladoras se
tomen en serio sus efectos en el estado de
los recursos pesqueros, en la salud de
ballenas o de aves», declara Rick Hind,
responsable sobre temas jurídicos de la
Campaña de Tóxicos de Greenpeace.
«Hacer caso omiso de los efectos de estos
tóxicos en aves, peces y otras formas de vida
silvestre equivale a ignorar la seguridadsanitaria de nuestra propia cadena
alimentaria. Si dejamos que ellos se
envenenen, lo único que conseguiremos
será envenenarnos nosotros mismos»,
añade.
Hind lleva desde 1979 trabajando en los
efectos de sustancias químicas en la cadena

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alimentaria y, por extensión, en la salud
humana. «Afortunadamente, en los ochenta
conseguimos desplazar el centro de
gravedad de este debate de lavida silvestre
a la salud humana», señala. «Así logramos
que los gobiernos nos hicieran caso. Ello no
quiere decir, empero, que no nos continúen
preocupando los estragos que estas
sustancias químicas causan en la vida
silvestre. Lo que ha cambiado es que los
órganos reguladores rastrean las fuentes de
la contaminación en humanos, lo que les
conduce a los alimentos que ingieren, entre
cuyasfuentes figura la vida silvestre».
Hind y otros investigadores opinan que los
pescadores hacen lo que pueden por mejorar
el estado de las poblaciones de peces. Es muy
importante garantizar la identificación y
eliminación de todos los peligros que
amenazan los océanos. Las sustancias que
contaminan el medio ambiente son uno de
los factores que más afectan a la cadena
trófica marina.Varios organismos estatales, como la
Agencia de Protección del Medio Ambiente,
publican regularmente recomendaciones
relativas al consumo de pescado, en las que
aconsejan a los ciudadanos limitar la
cantidad de una u otra especie de pescado
que ingieren debido a los elevados niveles
de sustancias químicas en ella detectados.
Paradójicamente,
los
organismos
encargados de gestionar losrecursos
marinos toman muy pocas o ninguna
medida con el objeto de protegerlos de
sustancias contaminantes. Habida cuenta de
los medios y del tiempo invertidos en la
restauración de las poblaciones de peces,
ballenas, delfines y de otros animales
marinos, muchos opinan que esta
desatención constituye un craso error.
Poblaciones menguantes
«No digo que nosotros, los pescadores, no
debamos...