Ecologia
Luc Ferry
Traducción de Aurelia Álvarez Urbajtel
E1 pensamiento ecologista cuenta hoy, en gran parte del mundo con una fuerza electoral y una legitimidad intelectual que no se pueden ignorar. Es, pues, indispensable entender lo que es estepensamiento, para analizar el atractivo que representa. Pero en el plano conceptual como en el plano político, los sufragios que reúneel movimiento ecológico se reparten, como es el caso en Francia, entre dos corrientes. Esta separación ¿es simbólica, corresponde a simples intereses personales divergentes, o bien refleja una oposición fundamental entre dos sistemas cuyos métodos y objetivos difieren?
E
Al elaborar una doble tipología del ecologismo, Luc Ferry responde a esta pregunta esencial. Confirma que junto a unatendencia reformista, que se integra en el funcionamiento democrático de la sociedad contemporánea, existe una tendencia fundamentalista cuyos principios analiza aquí y cuyos riesgos denuncia. Ferry animó un seminario sobre estos temas en la Fundación Saint - Simon, en el otoño de 1991. En un trabajo que se publicó en las ediciones Grasset en septiembre de 1992, retorna y amplía las cuestiones que tocaaquí.
El debate ya es ritual. Unos diagnostican en la ecología un resurgimiento del izquierdismo de los años 60, e incluso del fascismo de los años 30. Se complacen en descubrir los arcaísmos bajo la apariencia de lo novedoso y denuncian los resabios petainistas del terruño así como las nostalgias sesentaiocheras del crecimiento cero de la autogestión en el Larzac. Otros, a los que el gustopor los lugares comunes señala a menudo como desencantados del socialismo, ven aparecer uno de esos grandes proyectos innovadores que los partidos tradicionales habrían abandonado en favor de una gestión realista de las coacciones internacionales. Atrevámonos a confesarlo de entrada. Planteado en esos términos, el debate no tiene mucho sentido, y esto por una razón que es difícil seguir ocultando:es simplemente imposible hablar todavía de ecología en singular. No sólo porque hay tácticas y estrategias que separan, como se sabe, a los movimientos de Antoine Waechter y de Brice Lalonde, sino porque en un nivel más profundo que el de la política existe una verdadera discrepancia filosófica entre varias concepciones de la ecología. En Canadá, en los Estados Unidos, en los países de Europa delNorte y, en suma, en dondequiera que la protección del medio ambiente haya suscitado auténticas discusiones públicas, el ecologismo se ha estructurado primero según dos tendencias, una realista y reformista, otra revolucionaria y fundamentalista (véase la oposición de realos y de fundis en Alemania, o la de los “ecologistas profundos” y los “ambientalistas” en el continente norteamericano). EnFrancia asistimos, con mucho retraso, al establecimiento de la misma disensión, y mientras esta no se entienda a fondo -y no sólo en sus apariencias politiqueras-,.los juicios globales sobre la ecología, a favor o en contra, seguirán careciendo sencillamente de sentido. Toda reflexión seria debe entonces empezar por localizar y analizar esas tensiones. Intentaré contribuir a ello proponiendo unanálisis tipológico de las diversas caras de la ecología: en función de la concepción que se pueda tener de las relaciones entre el hombre y la naturaleza, por una parte; en función de las críticas que movilizan a los defensores del
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medio ambiente contra el mundo moderno, por otra parte. Sobre estas bases, el análisis de una de las versiones de la ecología -la más radical- podrá seremprendido.
DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE A LOS DERECHOS DE LA NATURALEZA
Al tomar en cuenta las discusiones teóricas que subyacen hoy en las posiciones de los ecologistas anglosajones y alemanes sobre la cuestión de los derechos de la naturaleza (o del estatuto de la naturaleza como sujeto de derecho, que es lo mismo), hay que distinguir tres corrientes fundamentales. La primera, sin duda la más...
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