ecologia
También se conoce, desde hace ya bastante tiempo, que en la naturaleza todos losprocesos que tiene lugar están en una interdependencia dialéctica tal (equilibriodinámico) que muchas veces cuando de alguna manera sufre, aunque solo sea, unapequeña modificación o alteración uno de esos procesos, inmediatamente después (amediano o corto plazo) repercute o se vereflejado, de alguna forma, en los otrosprocesos; provocando alteraciones tales que la mar de las veces constituyen vehículosprovocadores de mayores o menores tragedias para el género humano.Son incontables en la historia de la humanidad los ejemplos que demuestran quepequeñas alteraciones climáticas tuvieron una incidencia negativa sobre nuestracivilización, de ello dan fe las numerosas investigacionesrealizadas por científicos-historiadores en todo el mundo que han puesto al descubierto los nexosincuestionables clima-civilización de que fueron portadores de muchos eventos yfenómenos sociales o históricos.En primer lugar demuestran hasta qué punto depende nuestra civilización de unascondiciones climáticas estables como las que hemos disfrutado durante la mayor partede los últimos diez mil años.En segundo lugar, ponen de manifiesto que las tragediasque asolan una zona del mundo pueden haber sido causadas por los cambiosclimáticos originados en otro lugar completamente distinto. Y por último, indican cuálespodrían ser las devastadoras consecuencias de un cambio comparativo grande, yrepentino provocado por el hombre en el sistema climático global.El emperador, afirma Panku, levantó laprohibición que castigaba la venta de niños.En la actualidad el grado de incidencia del hombre sobre el medio ambiente es tanvasto y alarmante que ya casi la totalidad de la comunidad científica afirma que elplaneta puede autodestruirse sin hacer uso siquiera de los enormes arsenalesnucleares almacenados.Los científicos pronostican todo tipo de desastre ecológico: inundaciones,emigraciones masivas yun largo etcétera.A manera de ejemplo y para que se tenga una idea del peligro que representan (paranosotros mismos) nuestros actuales hábitos y modus vivendis, diremos que lacantidad absoluta de la energía disipada a la biósfera en el proceso de la actividad delhombre ha alcanzado una magnitud comparada con la energía de algunos procesosnaturales. La contaminación calorífica (térmica) de lasuperficie del planeta, que esproducto de la quema de los combustibles, constituye más de 9,5 erg/s.cm2, lo que esbien comparable con el consumo de la energía para los procesos de erosiónatmosféricas (0,3-19,5 erg/s.cm2) y sobrepasa la transmisión de energía producto delvolcanismo (1 erg/s.cm2).Pero si la producción de calor alcanza el 10% de la cantidad de la energía solar absorbida por la superficiede la Tierra, el promedio de la temperatura de la superficieterrestre y del océano, según cálculos, puede subir a siete grados centígrados.Si hacemos un balance retrospectivo nos daremos perfecta cuenta de que en elpasado, muchas veces, ciertos móviles políticos y poco sabias actitudesgubernamentales, han propiciado la crisis medio ambiental actual en todo el mundo. Al
presente esos mismosmóviles y actitudes (en muchos casos) obstaculizan y refrenanlas soluciones acertadas. Por eso la humanidad está urgida de cambios radicales en lamanera de pensar y relacionarse con el entorno, de todos los niveles y estratos decualquier sociedad; desde el ciudadano corriente hasta la más alta personalidadpolítica.En tal sentido la Cumbre de Río, además de reunir a toda la comunidad mundialpor primera vez, señaló el surgimiento de lo que muchos llaman el «Principio OrganizativoCentral» de la postguerra fría, es decir, la protección del ecosistema planetariofomentando el progreso económico o dicho con otras palabras, la búsqueda creativade vías más racionales encaminadas a conciliar los imperativos del progresoeconómico con las necesidades del medio ambiente.En la actualidad, por suerte,...
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