económista camuflado


CAPITULO 1. ¿QUIÉN PAGA TÚ CAFÉ?

En este capítulo, el autor hace una interesante exposición de la Teoría de la Renta de David Ricardo y la aplica a conceptos básicos y sencillos como la importancia de la ubicación en los negocios, el poder de la escasez y el poder de negociación derivado del mismo. Ahora bien, partiendo desde la sutileza del obligar a preguntarnos, ¿por qué pagar el caféa USD 2.55, cuando podríamos encontrar cafés a menor valor e igual de decentes?, la respuesta se fija en el simple argumento de que el coste de la ubicación privilegiada es alto, y por tal, este coste es distribuido al cliente, quien está dispuesto a conseguir su café sin reparos del costo. Continuando con la lectura, el autor muestra más ejemplos del poder de la escasez y su relación con losprecios de los bienes y servicios, así como su derivación en complejidades como la competencia, por ejemplo, el “cinturón verde” de Londres,   la competencia entre los carteles de la droga y la inmigración. Lo anterior apuntando directamente a que la escasez puede ser artificialmente impuesta, lo cual cambia las condiciones de precios de los bienes y servicios y el que la encuentre puede tomar mejoresdecisiones.

CAPÍTULO 2. LO QUE LOS SUPERMERCADOS NO QUIEREN QUE SEPAS

En líneas generales y haciendo ahorro de las analogías presentadas por el autor (caso London Eye y cafetería Costa Coffe, o los supermercados Wholefoods y Safeway), el tema central de este capítulo es la fijación de precios, lo cual puede ser bueno o malo dependiendo del contexto.   Durante el desarrollo de laexplicación del mismo, el mercadeo obedece a algunos patrones tales como la búsqueda de clientes insensibles al precio, para quienes la compra de un producto obedece a razones distintas al precio (p.e, beneficio de consumo de alimentos orgánicos, viajes en primera clase, entre otros).
Muestra también dos fisuras en el esquema de fijación de precios, la primera es evitar que clientes “ricos” comprenproductos baratos y la segunda es que los productos pasen de los clientes “pobres” a los “ricos”. Finalmente demuestra con ejemplos muy claros que no existen diferencias sustanciales entre los supermercados, sino más bien, cada uno propende a la fijación de precios que más le conviene para su modelo de negocio, y que por lo anterior, lo mejor para aquellos que buscan menores precios, es simplementeaumentar la capacidad de observación.

CAPITULO 3. LOS MERCADOS PERFECTOS Y EL MUNDO DE LA VERDAD.

Inicia haciendo alusión a los mercados perfectamente competitivos (aquellos donde se produce de forma adecuada, los productos adecuados en las dimensiones adecuadas para los clientes adecuados, esto es donde el costo de producción es igual al precio de venta) y como los impuestos interfierenen este mercado perfecto.   Sabemos que los impuestos son necesarios, por lo tanto, el autor plantea la dificultad para los funcionarios de orientar a que productos cobrarle más o menos impuestos sin perder la eficiencia de los mercados.  
Por lo anterior, el funcionario que cree en el valor del mercado, evita que las empresas acumulen poder derivado de la escasez mientras otro funcionario podráhacer exactamente lo contrario. Para mi concepto, el mercado perfecto es una buena norma ética y quien debe corregir las desviaciones que se le presenten es el gobierno, pero en el marco del mundo actual es difícil.

CAPITULO 4. EL TRÁFICO URBANO.

Este capítulo trata de la difícil tarea de la cuantificación de las “externalidades”, esto es, lo que me beneficia a mí pero que a la vezperjudica al otro, su influencia en los mercados y como se podría controlar. En el recorrido del capítulo, se hace la diferenciación de los precios medios y marginales y su relación con las externalidades.   Bajo algunas aseveraciones ambientales, propone el impuesto de las externalidades (especialmente, el hecho de conducir) como consecuencia de los perjuicios que provoca el conducir en ciudades como...