economía
Annie Leonard explica en la Historia de las cosas cómo elsistema capitalista y las consecuencias que esto tiene para nuestro planeta y las personas que vivimos en él. No en vano, el subtítulo del libro es, nada menos, que De cómo nuestra obsesión por lascosas está destruyendo el planeta, nuestras comunidades y nuestra salud. En ese sentido, el libro de Leonard es el reverso de otro que os reseñé hace poco por aquí: El optimista racional, de Matt Ridley.Según Ridley, los seres humanos siempre acaban encontrando una salida a sus problemas colectivos, ya sea mediante descubrimientos fortuitos o por movimientos sociales poderosos. En más de unaocasión, por ejemplo, la humanidad ha estado a punto de desaparecer debido a la explosión demográfica y la escasez de alimentos. Pero siempre al límite, hemos hallado la solución: los fertilizantes quepermitieron a principios del siglo XX que los campos fuesen más productivos; la invención del motor de combustión interna, que nos desligó de la dependencia de los caballos; los cruces de distintasvariedades de trigo…
Por el contrario, Leonard no es nada optimista en ese sentido y apuesta por un consumo racional y un regreso a una especie de frugalidad donde no se apueste permanentemente por elcrecimiento económico.
El frugalismo predica la simplicidad voluntaria y renuncia a lo ritmos de vida vertiginosos. El frugalismo surge del inconformismo, de la sed de vida. Este nuevo concepto deausteridad es una respuesta sensata a los excesos de la sociedad de consumo, un rechazo a la ambición, al dinero y al éxito. Se debe averiguar el grado de satisfacción que nos producen las cosas para...
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