Economia mexicana oportundades
Ahora, sin embargo, viene un nuevo libro, de un especialista en geopolítica, que argumenta que México será una potencia que amenazará a Estados Unidos en la segunda mitad de este siglo. De víctimas pasaremos a potencia y de ahí a desafiar a nuestra Némesis permanente.El mundo al revés.
¿Cómo sería este proceso? ¿Qué nos depara el proceso de integración que hemos vivido en las últimas décadas? Por supuesto, nadie sabe qué pasará en el futuro, pero esta es una buena oportunidad para analizar lo que existe, evaluar el planteamiento de Friedman y especular sobre sus implicaciones.
La integración en la región norteamericana no es una novedad. Lleva décadascobrando forma y sólo en los últimos tiempos, con la adopción del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, adquirió una formalización parcial: se establecieron mecanismos y procedimientos para la interacción comercial y los flujos de inversión, pero no se tocó el aspecto quizá más permanente de la integración: el de las personas y los flujos migratorios. La integración es una realidad quetransforma a los dos países en formas a veces impredecibles, pero cada vez más profundas, y su componente humano es, con mucho, el más trascendente.
Por décadas, la frontera México-Estados Unidos fue vista como una maldición. El viejo régimen priista consideró indispensable para su legitimidad mantener distancia y evitar cualquier contacto excesivo. Aunque se reconocía la obviedad geopolítica, seconstruyó todo un andamiaje político y, sobre todo, de política exterior, orientado a minimizar la cercanía. Pero esas consideraciones siempre fueron más poderosas para los políticos y los intelectuales que para el mexicano común y corriente.
Aunque relativamente pequeños en número por mucho tiempo, los flujos migratorios han estado ahí desde el siglo XIX. Con la explosión demográfica queexperimentamos a partir de los setenta, los flujos se elevaron de manera dramática en las décadas subsiguientes. Para el mexicano común y corriente nunca hubo confusiones. La integración la iniciaron las personas, en ocasiones con apoyos gubernamentales (como el programa bracero), pero son las personas las que han construido puentes que trascienden a las decisiones políticas. El TLC no hizo sino formalizarlo que ya ocurría, a la vez que constituyó un reconocimiento cabal de la relación con Estados Unidos como un factor crucial, o inevitable, como se quiera ver, para el desarrollo del país.
Hasta ahora la integración ha seguido el patrón que todos conocemos y que hemos internalizado como inexorable: el país pobre acercándose al rico; el país poderoso que hizo suya la mitad del territorio que eranuestro; las víctimas pidiendo posada y empleo; la potencia mundial dándole asilo, o solución parcial, a los problemas de México. Aunque quizá exagerada, esta descripción refleja la forma y la historia. Pero ¿tiene que ser así?
En su nuevo libro Los próximos cien años, George Friedman atenta directamente contra la lógica dominante de esta relación bilateral. Su argumento es que el sentido comúnestará equivocado y que el devenir de la región norteamericana será muy distinto al que resultaría de simplemente extrapolar la historia. En esencia, su planteamiento es que un conjunto de circunstancias, decisiones, acciones y errores del gobierno norteamericano en las próximas décadas va a crear una nueva realidad geopolítica de la que México y los mexicanos del futuro serán protagonistas....
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