ECONOMIA REAL
-Una Alhambra especial.
-Por favor, dos Alhambras especiales.
-Oye, ¡cuánto tiempo sin vernos!
-Sí, ya era hora que echáramos unas cervezas y charláramos.
-¿Cómo teva?
-No me puedo quejar. Sigo aún con el taller en el pueblo. ¿Y tú?
-Bueno, pasé por el tribunal médico y me dieron la invalidez gracias a Juan Sola, el abogado del pueblo, pero sigo atendiendoel negocio con mi mujer aquí en la capital.
-Has hecho bien porque está muy jodida la situación. Yo tenía a tres trabajadores contratados en el taller, pero hablé con ellos y llegamos a un acuerdode despido, pero siguen trabajando.
-¿Están despedidos y siguen trabajando?
-Sí. Nos viene bien a todos: yo me ahorro los seguros sociales, que son altísimos, y ellos cobran el paro y elsueldo, pero claro les pago menos que cuando tenían contrato. Todos contentos: ellos ganan más y yo también.
-¿Y si te enganchan?
-¿Quién va a pasar por el pueblo? Además, los tres talleres del pueblohacemos lo mismo y no nos vamos a denunciar unos a otros porque nos perjudicaríamos.
-Ah, vale. A nosotros, en el negocio, un día nos visitó un inspector de trabajo y, por suerte, yo meencontraba en la puerta del local, fumando un cigarrillo.
-¿Pero estaría tu mujer?
-No, qué va, el negocio en realidad lo llevo yo, pero le dije que lo regentaba mi mujer, que es la que aparece en lospapeles, y que yo estaba allí ocasionalmente porque ella había salido un minuto a un asunto urgente. Suerte que el 'panchito' que tengo allí sin contrato estaba ese día en el médico.
-¿Y se lo tragó?-Al parecer sí. De hecho se fue y no ha vuelto más. Pero sí, me acojoné un poco ya que si el inspector no se traga aquello nos multa y a lo mejor hubiera perdido yo la paga. Al menos eso me dijoJuan Sola.
-La verdad es que estos inspectores son unos crédulos o a lo mejor es que están desmotivados porque ganan menos. Total, para lo que hacen, mucho ganan aún. Hablando de inspecciones, mi...
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