Economia y puerto rico
En los textos (informes, reportajes, libros) de esos años predominaba el elogio revestido de las obligadas hipérboles: “vitrina de la democracia”, “puente delas Américas”, “modelo de desarrollo”, “milagro económico”... Esto se avalaba con toda una serie de indicadores económicos que demostraban el continuo crecimiento de la actividadproductiva y de los ingresos de los puertorriqueños. Se daba por sentado que Puerto Rico estaba inscrito en un extraordinario proceso de “modernización” conducente al más pleno desarrollo.Se anticipaba, con desbordante entusiasmo, la inevitable convergencia con los indicadores de la economía de los Estados Unidos.
Las críticas que se le pudieran hacer a tal proceso eranrápidamente descartadas ante la evidencia indiscutible de los beneficios del crecimiento económico. Sus “efectos colaterales”, fuera la subordinación política, la crecientedependencia económica, el languidecimiento agrícola, la emigración masiva, la persistencia del desempleo o la degradación ambiental, no ocupaban un lugar prominente en los textos. En el mejor delos casos se resumían en una referencia fugaz o en una nota al calce; en el peor de los casos eran ignorados o, inclusive, negados. Algunos presumían que estos “efectos colaterales”eran meras insuficiencias de corto plazo; otros los aceptaban como el “precio que hay que pagar por el progreso”. Ciertamente, ante los males nunca han faltado las racionalizaciones.
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