economia
"La gente sólo acepta el cambio cuando se enfrenta a la necesidad y sólo reconoce la necesidad cuando la crisis acecha", Jean Monnet, padre de la Unión Europea.
En septiembre de 2008 se declaró la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers
En ese momento, llegó a su punto climático la crisis económica mundial que había empezado a manifestarse desdela quiebra del banco inglés Northern Rock un año antes, y que se confirmó con la absorción por parte del banco estadounidense JP Morgan del banco de inversión Bear Stearns en marzo de 2008. En el mismo mes de septiembre, la Reserva Federal estadounidense anunció la creación de un fondo con 85 mil millones de dólares para apoyar a la aseguradora AIG, una de las mayores empresas del mundo, y quedesde abril de 2004 era parte del privilegiado grupo de treinta empresas que componen el índice Dow Jones. Se corroboraba que el mundo vivía la peor crisis financiera desde la Gran Depresión que comenzara con el desplome bursátil a partir de octubre de 1929.
Como siempre ocurre en un mundo cuyo ritmo parece ser prescrito por CNN, se hizo embonar una crisis global y con raíces profundas, en un ciclode 24 horas de noticias que no admite demasiada reflexión o análisis. Se intentó calificar —como siempre se hace— a una situación que fue cincelándose golpe a golpe, como si hubiese sido el resultado de los eventos del día, semana o mes anterior, cuando podemos rastrear sus antecedentes por décadas.
El primer objetivo de este libro, entonces, es subrayar algunos de los orígenes de una realidadcompleja que —como una tormenta perfecta— ha tomado elementos de diferentes acontecimientos no relacionados entre sí, pero cuya combinación incrementa su capacidad destructiva. Sin embargo, si bien es importante ver hacia atrás pues la historia nos sirve como espejo, como dicen los chinos; creo que es importante hacer un esfuerzo por anticipar cómo van a evolucionar diferentes variables, no con elmorboso objetivo de alarmar, sino con el propósito de propiciar una adaptación efectiva a una realidad que será radicalmente diferente al entorno del cual venimos.
Ese es, quizá, el mayor error que se está haciendo en la forma de confrontar esta crisis. Se le sigue embistiendo como si fuese un transe coyuntural, una recesión cíclica que es más severa que lo usual, pero de la misma naturaleza; nolo es. Mientras más tardemos en darnos cuenta de las características profundamente estructurales de lo que estamos viviendo, menos margen de maniobra tendremos. Tenemos que aprehender que la revolución tecnológica que se ha manifestado gradualmente en toda la humanidad impone nuevos retos y, potencialmente, grandiosas oportunidades. Pero, antes que nada, tenemos que simplemente descontar que lasrecetas que antes funcionaban perfectamente en el comal son totalmente inadecuadas para el horno de microondas.
Las actitudes que por décadas han asumido los gobiernos son, cuando menos, surrealistas. En Estados Unidos —y mucho más en Europa— el paradigma del “estado benefactor” se ha arraigado peligrosamente. Originalmente, el concepto de retiro estaba diseñado para que alguien que hubieratrabajado toda su vida pudiera gozarlo durante los últimos años de su existencia. Cuando la edad de retiro se fijó en Estados Unidos a los 65 años, la esperanza de vida era de 63; ahora es de más de 78. En algunas profesiones —un policía, por ejemplo— es posible retirarse a los 50. Eso quiere decir que es enteramente probable que haya muchos casos en los que alguien estará más años viviendo de su...
Regístrate para leer el documento completo.