Economista
¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿para qué vivimos? y ¿para dónde vamos?, son algunos interrogantes que nos pueden ayudar a entender el concepto de identidad pastusa, comoalgo inacabado, en permanente construcción y deconstrucción que siempre está amenazada por los nuevos acontecimientos que se yuxtaponen sobre lo que se cree nuestro, tradicional, o valores heredados.La globalización “homogenizante” está atropellando con todo vestigio de identidad local, porque los procesos productivos y con ellos, las relaciones sociales de producción y las necesidades deldesarrollo capitalista crean otro tipo de límites y localismos culturales, ligados al capital trasnacionalizado y a la producción de partes de la “gran fábrica mundial”; por lo tanto, ni lo geográfico, ni locultural, ni lo político - administrativo, ni lo histórico, ni lo tradicional son condiciones suficientes para definir la identidad y la región del Departamento de Nariño. En consecuencia, aquelloselementos, hasta ahora aceptados como identitarios como hablar, pensar, actuar y proyectarse en diminutivo, ser esquizoides, paranoides, cerebrotónicos, “acomplejados” y el mismo cuento pastuso comoexpresión displicente, entre otros, que se tratan en este libro, tienden a desaparecer.
Sin embargo, si nuestra manera de ser, nos hace felices, entonces, sin perder nuestro Yo, hay que pensar enla manera de insertarnos dialécticamente en la globalización dentro del nuevo concepto de la glocalización. Para ello, nos corresponde maximizar nuestro nivel de felicidad, pero entendida ésta, demanera diferente a la derivada de la utilidad material, según la cual, se mide, compara y exalta a las personas.
Pero no se olvide que la felicidad como los sentimientos está ligada al comportamientode ciertas partes del cerebro; por eso, se correlaciona con la salud, el menor estrés, el nivel de confianza, los anhelos, las sensaciones, los valores morales de las comunidades y la satisfacción...
Regístrate para leer el documento completo.