Ecumenismo
“Padre, que todos sean uno” (Jn 17, 21), están más cerca de hacerse realidad que en lasprimeras décadas del siglo XX. El camino hacia la unidad plena ha progresado más en las últimas cuatro décadas que en los cuatrocientos años anteriores. Sin pecar de ingenuidad, hemos de reconocer que hoyya no es posible la marcha atrás, aunque pueda haber retrocesos, desganas y fracasos puntuales. El camino hacia la plena unidad visible está entremezclado de optimismo y pesimismo, primaveras einviernos, luces y sombras, siendo éstas el reverso de un movimiento ya imparable. Enocasiones, el paso de los
peregrinos de la unidad será más acelerado; en otras, habrá parones inevitables.Pero,como afirmaban los primeros ecumenistas en
los comienzos del siglo XX, “los muros de la separación no llegan hasta el cielo”. El futuro del ecumenismo depende, en gran medida, de una firme y sólidaespiritualidad ecuménica, que dé eficacia, fecundidad y estabilidad a los esfuerzos que en el terreno doctrinal, en la cooperación común y el testimonio vienen realizando las Iglesias y comunidades...
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