Ed Fisk

Un buen ejemplo de la literatura que no es erótica aunque incluya mucha sensualidad, es la de vampirismo, otra vez de moda en estos tiempos, al punto de ganar concursos de editoriales tan importantescomo Planeta. Desde la novela Drácula, de Bram Stoker en 1897, aunque esta literatura siempre presenta mujeres que se convierten en esclavas obedientes del hombre diabólico y vampiro que las desea ylas desangra hasta matarlas, nunca ha sido clasificada como literatura erótica, sino como novela gótica de horror. Con razón. Aún en las versiones cinematográficas altamente “sensualizadas” deHollywood, como el film comercial Van Helsing, del 2004, no se necesita ser un crítico literario o de cine para entender que aunque al horror se le mezcle todo el placer sexual del mundo, el horror es horrory nada más que eso.

EL EROTISMO COMO DUALIDAD

Aún en un acto aparentemente tan solitario e íntimo como la masturbación, hay una búsqueda de otro ser con el cual complacerse. En esa búsquedainterior puede haber un gran erotismo, si la búsqueda es por amor y no por odio. En la concavidad de la propia mano en que se consuela el pene, o en la rigidez del propio dedo con que se acaricia elclítoris la mujer, hay un jugueteo a ser otro. Quien se masturba no está completamente solo, pues se ha desdoblado o ha inventado a otro ser, como inventa un niño diferentes personajes contrapuestoscuando su mano izquierda discute y pelea con su mano derecha. Si quien se masturba sueña con amar, se masturba eróticamente; si sueña con violar y matar, lo hace tanáticamente. En otras palabras, siviéramos en una pantalla los pensamientos de quien se masturba, al contemplar las motivaciones y características del acto, fácilmente podríamos comprender si se trata de un acto erótico o de un placerdesprovisto de erotismo. De nuevo, estoy identificando el erotismo no por su aspecto exterior y mecánico, no por el simple componente del placer, sino por algo más profundo y definitorio, que incluye...