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Capitulo1
Frunzo el ceño con frustración hacia mí mismo frente al espejo. Maldito sea mi cabello, sencillamente no se comporta y maldita sea Park HeeChul por estar enfermo y someterme a esta terrible experiencia. Debería estar estudiando para mis exámenes finales, que son la próxima semana, sin embargo, aquí estoy, intentando hacer algo con mi cabello. No debo meterme en la cama con el pelomojado. No debo dormir con el cabello mojado. No debo dormir con el cabello mojado. Recitando este mantra varias veces, intento una vez más, tenerlo bajo control con el cepillo. Pongo los ojos en blanco con exasperación, y miro al chico pálido, de pelo castaño y oscuros ojos exageradamente grandes que me mira, y me rindo. Mi única opción es dominar mi caprichoso cabello con una coleta y esperar queluzca medio presentable.

Chul es mi compañero de habitación, y ha elegido el día de hoy, de todos los días posibles, para sucumbir a la gripe. Por lo tanto, no puede asistir a la entrevista que había quedado en hacer, con algún magnate mega-industrial del que jamás he oído hablar, para la revista de la facultad. Así que me he ofrecido voluntario. Tengo exámenes finales con los que quemarme laspestañas, un ensayo que terminar, y se supone que vaya a trabajar esta tarde, pero no, hoy tengo que conducir más de ciento sesenta y siete kilómetros hacia Teheranno (*) en el distrito Gangnam de Seúl para Reunirme con el enigmático Gerente General de Jung Enterprises Holdings Inc. Como un excepcional empresario, y muy importante benefactor de nuestra universidad, su tiempo es extraordinariamentevalioso—mucho más valioso que el mio—pero le ha concedido una entrevista a Chul. Una verdadera oportunidad, me de dice él. Malditas sean sus actividades extracurriculares.


Chul está acurrucado en el sofá del salón.

—Jae, lo lamento. Me tomó nueve meses en conseguir esta entrevista. Tomará otros seis meses volver a programarla, y ambos nos habremos graduado para entonces. Como editor, nopuedo dejar pasar esta oportunidad. Por favor—me ruega Chul con su áspera y adolorida voz. ¿Cómo lo hace? Incluso enfermo, se ve pícaro y hermoso, con el cabello castaño rojizo perfectamente peinado y sus brillantes ojos, aunque ahora estén rojos y llorosos. Ignoro mi punzada de simpatía inoportuna. 

—Por supuesto que iré, Chul.  Deberías regresar a la cama. ¿Quieres una aspirina o unparacetamol?
—Un paracetamol, por favor. Aquí tienes las preguntas y la grabadora. Sólo presiona “Grabar” aquí.  Y toma notas. Luego lo transcribiré todo.
—No sé nada de él —murmuro intentando  y fallando en reprimir el pánico, que es cada vez mayor.
—Las preguntas te ayudarán. Ve. El viaje es largo. No quiero que llegues tarde.
—De acuerdo, me voy. Regresa a la cama. Te he preparado algo de sopa paraque te la calientes después.—Lo miro con cariño. Solo haría algo así por ti, Chul.
—Sí, lo haré. Buena suerte. Y gracias, Jae... como de costumbre, me has salvado la vida.
Cojo el bolso, le sonrió irónicamente y me dirijo al auto. No puedo creerme que me haya dejado convencer, pero Chul es capaz de convencer a cualquiera de cualquier cosa. Será un excelente periodista. Es elocuente, fuerte,persuasivo, argumentativo, guapo…Y es mi mejor amigo.




Apenas hay tráfico cuando salgo de Yuseong (Daejeon) rumbo a Teheranno (Gangnam-Seúl). Es temprano y no tengo que estar en Gangnam hasta las dos del mediodía. Por suerte, Heechul me ha dejado su Mercedes CLK deportivo. No estoy seguro de que pudiera llegar a tiempo con Wanda, mi viejo Volkswagen Escarabajo. Oh, conducir el Mercedes es muydivertido. Piso con fuerza el acelerador, y los kilómetros pasan volando.


Mi destino son las oficinas centrales de la multinacional del Sr. Jung, es un enorme edificio de veinte pisos, con cristales curvados y acero, una fantasía arquitectónica utilitaria, con las palabras “Jung House”  escritas discretamente en acero sobre las puertas delanteras de vidrio. Faltan quince minutos para las dos...