Edgar allan poe
Sus temas más recurrentes tienen que ver con la muerte, incluyendo sus manifestaciones físicas, losefectos de la descomposición de los cadáveres ("La verdad sobre el caso del señor Valdemar"), temas también relacionados con el entierro prematuro ("El entierro prematuro"), la reanimación decadáveres ("Conversación con una momia", "La caída de la casa Usher") y demás asuntos luctuosos.[142] De esta manera, se ha señalado con frecuencia la obsesión entre necrofílica y sádica del autor,manifestada en distintos niveles y matices, según los relatos.[143] Krutch, y Wilson a partir de él, afirman que el atroz sadismo en los últimos cuentos de Poe se debe a algún tipo de represiónemocional. La extraña relación de Poe con su mujer, Virginia Clemm, y sus sentimientos de ambivalencia ante su enfermedad y muerte, explicarían el agudo remordimiento que tantas veces afecta asus héroes.[144]
Otros temas recurrentes en sus historias macabras son la venganza ("Hop-Frog", "El barril de amontillado"), la culpa y la autopunición ("William Wilson", "El corazón delator","El gato negro", "El demonio de la perversidad"), la influencia del alcohol y el opio ("El gato negro", "La caída de la casa Usher", "El Rey Peste"), el poder de la voluntad ("Ligeia","Morella"), la claustrofobia ("El barril de amontillado", "El entierro prematuro", La narración de Arthur Gordon Pym), etc.
Con motivo de sus primeras publicaciones del género, la crítica lo acusóde dejarse llevar en exceso por la influencia de la fantasía alemana, por ejemplo de Hoffmann. A lo que el escritor replicó, en el prólogo a su libro Cuentos de lo grotesco y arabesco:
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