Edgar
Pretender que la naturaleza precisa del crimen, que hay que destruir para crear, no pretende fundar su libertad en principios morales opolíticos, sino en la necesidad de satisfacer los instintos. En efecto, aficionado a las más refinadas ejecuciones en los rejuegos sexuales, nunca pudo tolerar la pena demuerte: "Matar a un hombre en el paroxismo de una pasión es cosa que se comprende. Hacerlo matar por otro en la meditación seria bajo el pretexto de un ministerio honorable,eso no se comprende
El triunfo de la Virtud sobre el vicio, la recompensa del Bien y el castigo del Mal son la base frecuente del desarrollo de las obras de este género.¿No deberíamos estar hartos ya de este esquema? Pero presentar al Vicio siempre triunfante y a la Virtud víctima de sus propios sacrificios [...] En una palabra,arriesgarme a describir las escenas más atrevidas y las situaciones más extraordinarias, a exponer las afirmaciones más aterradoras y a dar las pinceladas más enérgicas...
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