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Editorial: El dolor de México
Por: EDITORIAL | 8:48 p.m. | 17 de Mayo del 2012
Uno de los mayores temores del gobierno mexicano cuando decidió hace tres años vincular el Ejército a lalucha contra el narcotráfico era la posibilidad de que el dinero caliente acabara corrompiendo a algunos uniformados. Esos temores se confirmaron el miércoles, cuando dos generales fueron capturados yentregados a la entidad que se encarga de combatir el crimen organizado.
Se trata de dos egregios militares. Uno de ellos -Roberto Dawe González- llegó a ser viceministro de Defensa y el otro -TomásÁngeles Dauahare- fue ayudante particular de un ministro del ramo hace tres lustros, durante la administración de Ernesto Zedillo. No son, lamentablemente, los primeros altos oficiales investigados poralianzas con los narcos. En 1997 se apresó al general que dirigía las operaciones antinarcóticos. El propio Ángeles, hoy en el banquillo, presidió en el 2002 el consejo de guerra que condenó a losprimeros dos oficiales de su rango acusados de nexos con la mafia.
Son ya cinco generales los que aparecen vinculados a actividades de los narcotraficantes. Sería injusto decir que se corrompió elEjército mexicano. En Colombia conocemos bien, porque los hemos padecido, el dolor de México y la facilidad con que se generaliza en estos casos y cuán rápidamente se destacan y señalan los excepcionalescasos de corrupción, mientras que pasa inadvertida la lucha silenciosa, heroica y cotidiana de policías, soldados y ciudadanos contra el crimen. Pero hay que aceptar que tenían razón quienes opinabanque era un riesgo exponer el Ejército a esta guerra, donde no solo se combate con balas, sino también con dinero. Por cierto, una vez más, se comprueba el aserto de Rodrigo Lara Bonilla, ministro deJusticia asesinado por el cartel de Medellín en 1984: "La droga pudre cuanto toca".
El deprimente episodio de los generales "tocados" se suma a la horrible noticia de 49 cuerpos que aparecieron el...