Eduardo Halfon

Páginas: 5 (1155 palabras) Publicado: 13 de noviembre de 2013
Eduardo Halfon
El boxeador polaco (2008) es la más reciente colección de cuentos de Eduardo Halfon (Guatemala, 1971) y, sin duda alguna, es el libro más publicitado del año. Se trata de seis cuentos que continúan el estilo de El ángel literario (2004) y un cierto arraigo a la temática guatemalteca que marcó Siete minutos de desasosiego (2007). 
La sencillez del lenguaje, la estructura y elenfoque de los relatos de Halfon le han permitido alcanzar un amplio número de lectores. El boxeador polaco y Lejano son los mejores de esta recomendable colección de cuentos. 
El boxeador polaco (fragmento)
69752. Que era su número de teléfono. Que lo tenía tatuado allí, sobre su antebrazo izquierdo, para no olvidarlo. Eso me decía mi abuelo. Y eso creí mientras crecía. En los años setenta, losnúmeros telefónicos del país eran de cinco dígitos.

Yo le decía Oitze, porque él me decía Oitze, que en yiddish significa alguna cursilería. Me gustaba su acento polaco. Me gustaba mojar el meñique (único rasgo físico que le heredé: ese par de meñiques cada día más combados) en su vasito de whisky. Me gustaba pedirle que me hiciera dibujos, aunque en realidad sólo sabía hacer un dibujo, trazadovertiginosamente, siempre idéntico, de un sinuoso y desfigurado sombrero. Me gustaba el color remolacha de la salsa (jrein, en yiddish) que él vertía encima de su bola blanca de pescado (guefiltefish, en yiddish). Me gustaba acompañarlo en sus caminatas por el barrio, ese mismo barrio donde alguna noche, en medio de un inmenso terreno baldío, se había estrellado un avión lleno de vacas. Pero sobretodo me gustaba aquel número. Su número.

No tardé tanto, sin embargo, en comprender su broma telefónica, y la importancia psicológica de esa broma, y eventualmente, aunque nunca nadie lo admitía, el origen histórico de ese número. Entonces, cuando caminábamos juntos o cuando él se ponía a dibujarme una serie de sombreros, yo me quedaba viendo aquellos cinco dígitos y, extrañamente feliz, jugabaa inventarme la escena secreta de cómo los había conseguido. Mi abuelo boca arriba en una camilla de hospital mientras, sentado a horcajadas sobre él, un inmenso comandante alemán (vestido de cuero negro) le gritaba número por número a una anémica enfermera alemana (también vestida de cuero negro) y ella entonces le iba entregando a él, uno por uno, los hierros calientes. O mi abuelo sentado en unbanquito de madera frente a una media luna de alemanes en batas blancas y guantes blancos y luces blancas atadas alrededor de sus cabezas, como de mineros, cuando de repente uno de los alemanes balbucía un número y entraba un payaso en monociclo y todas las luces blancas lo iluminaban de blanco mientras el payaso con un gran marcador cuya mágica tinta verde jamás se borraba escribía ese númerosobre el antebrazo de mi abuelo, y todos los científicos alemanes aplaudían. O mi abuelo, de pie ante una taquilla de cine, insertando el brazo izquierdo a través de la redonda apertura en el vidrio por donde se pasan los billetes, y entonces, del otro lado de la ventanilla, una alemana gorda y peluda se ponía a ajustar los cinco dígitos en uno de esos selladores como de fecha variable que usan losbancos (los mismos selladores que mi papá mantenía sobre el escritorio de su oficina y con los que tanto me gustaba jugar), y luego, como si fuese una fecha importantísima, estampaba ella con ímpetu y para siempre el antebrazo de mi abuelo.  

Así jugaba yo con su número. Clandestinamente. Hipnotizado por aquellos cinco dígitos verdes y misteriosos que, mucho más que en el antebrazo, me parecíaque él llevaba tatuados en alguna parte del alma.  

Verdes y misteriosos hasta hace poco.
A media tarde, sentados sobre su viejo sofá de cuero color manteca, estaba tomándome un whisky con mi abuelo.  

Noté que el verde ya no era verde, sino un grisáceo diluido y pálido que me hizo pensar en algo pudriéndose. El 7 se había casi amalgamado con el 5. El 6 y el 9, irreconocibles, eran ahora...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Informe Del Libro Esto No Es Una Pipa, Eduardo Halfon
  • Eduard
  • Eduardo
  • Eduardo
  • eduardo
  • Eduardo
  • eduardo
  • eduardo

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS