eduardo

América Latina. Potencias mundiales. Capitalismo. Sangre. Pobreza. Riqueza. Colonización. Imperialismo; y más.

Casi todos los países del mundo, fácilmente, se pueden separar en dossimples bandos:los imperialistas y las colonias.
Es aún hoy, que la ley del más fuerte, impuesta por las súper potencias mundiales, rige por sobre los débiles, los carenciados, losignorantes; que por desgracia,son obligados a trabajar para los de arriba, transformándose en infelices siervos del poderoso Imperio de turno. Así nos pasó a nosotros, los latinoamericanos.
Eldestino quiso que culturas totalmenteopuestas a la nuestra, llegaran a nuestras tierras, en un día común y corriente, arrasando con cualquiera que se interpusiera en su camino, instalándosesu gente y aprovechándose de nuestros recursostan preciados, tan recelados, tan envidiados, dejándonos con tan sólo un par de monedas y la dignidad rota; dejándonos morir, sufriendo, viendoa estas máquinas destructoras, insensibles, llevárselotodo. Éstas máquinas, provenientes de Europa, se llamaban Inglaterra (que instaló sus colonias en el hoy Estados Unidos) y en nuestrocontinente, España; y nosotros fuimos su colonia predilecta, pornuestros metales, nuestras minas (de oro eh!), nuestra agricultura, nuestra carne, hasta nuestras mujeres también (quédesgraciados!).
Y todo por una ideología: el Capitalismo. Oh, malditoCapitalismo!, ¿por qué todos se arrodillan ante Usted y le rinden pleitesía? Como si estuvieras sentado junto con tu fielamiga, Imperialismo, tu “amiga con derecho”, observando al mundo con aire superior ydespectivo, mientras son abanicados por su harém de esclavos con hojas de palmeras recién cortadas.
Esverdad, no lo niego, que cada uno tiene el derecho de proteger lo suyo, pero eso NO incluyeapoderarse de lo ajeno. Los extremos NUNCA funcionaron; eso también va para vos, Comunismo.