Educ.historia

Carrera: Profesorado de Historia con trayecto en Ciencias Sociales.
Curso: 2ª año.
Apellido y nombre: Schiaverano, Javier.

Introducción.

La modernidad se ha manifestado por grados en la historia europea, y de vez en cuando, más en algunos sectores que otro. En el plano de la organización, esa modernidad logró imponerse de forma bastante débil antes del siglo XVIII. Un vasto proceso detransformación se produjo también en este campo entre la Guerra de los Cien Años y la Ilustración. Para concretar dicho desarrollo se ha recurrido a varias denominaciones: la del estado nacional y la del estado renacentista. Hablar de estados nacionales no es del todo infundado, a condición de no otorgar al adjetivo el sentido que asume tras la Revolución Francesa. Entre los siglos XV y XVII no sepuede incluir casi en absoluto al pueblo en el concepto de “nación”, en efecto la conciencia de ésta última no se traduce en representación política adecuada y menos aún en apoyo libre de los gobiernos por parte de la mayoría, y en primer lugar, de las clases sociales inferiores. Innegablemente, éstas permanecieron muy ligadas a las realidades locales y como máximo a las regionales, sin accedera los debates ni participar en el terreno político. No hay que olvidar, que la fragmentación política europea propia de la época precedente no sólo no fue eliminada en general, sino que sustancialmente los poderes centrales ni siquiera fueron capaces de proponerse el objetivo de superarla. En cuanto a la expresión de estado “renacentista” con ella no se puede abarcar las realidades del siglo XVII1.
La fase que va del siglo XV al XVII se caracteriza tanto por la subsistencia de una concepción contractual de la autoridad como por el lento triunfo de una idea absolutista del estado. Además de las transformaciones acaecidas en el ámbito político y administrativo, encontramos mutaciones en el espacio intelectual y de las artes, así como también en lo concerniente a la religión.
Conrespecto a estos cambios, Eugenio Garín plantea que los humanistas no ignoran ni niegan las verdades religiosas, pero comienzan a realizar un estudio filológico más exhaustivo de las obras antiguas, desligado de aquella visión teocéntrica, para poder transformar, renovar y modificar el orden establecido desde el ámbito religioso; “El desplazamiento de la atención de determinadas cuestiones aotras, de un enfoque de la investigación a otro radicalmente distinto; la profunda reorganización de las relaciones entre el hombre y la realidad última, entre el hombre y las cosas, revelan una completa mutación tanto en la actitud vital como en la cultura; indican el fin de una seguridad, el nacimiento de una búsqueda atormentada en una dirección que aún no estaba clara” 2.

1 Tenenti Alberto. LaEdad Moderna (Siglos XVI-XVIII). Crítica. Barcelona. 2000. Primera Parte: El siglo XVI. Capítulo 1: Los estados europeos y las guerras de Italia. Pág. 41-42.

2 Garín Eugenio. Medioevo y Renacimiento: estudios e investigaciones; versión castellana de Ricardo Pochtar. Taurus. Madrid. 2001. IV: Interpretaciones del Renacimiento. Págs. 69-70.

Dentro de este contexto de transformacionesencontramos la consolidación de la sociedad cortesana, en la cual se fueron modelando las formas de comportamiento que, impregnadas más tarde con otras influencias, adquirieron el carácter de procesos coercitivos a largo plazo, según la situación histórica de los grupos dominantes. Estas formas de comportamiento acabaron imponiéndose a vastos sectores de la sociedad. Más que cualquier otro grupode Occidente, los miembros de la buena sociedad cortesana se convirtieron, por su situación privilegiada, en especialistas del cambio y de la renovación de la conducta. Y pudieron hacerlo porque, a diferencia de otros grupos dominantes, cumplían una función social, pero carecían de una profesión específica 3.
Cada corte establece unos sistemas de comunicación para transmitir sus patrones...