Educación Para El Tiempo Libre
Educación para el tiempo des-ocupado o educación para la libertad?
PABLO WAICHMAN
He sido invitado por la Prefeitura de Recife a dictar esta conferencia y, si bien me aparto en varios momentos de la cuestión principal que me fue requerida, la metodología, entiendo que no puedo dejar de decir lo que sigue. Leyendo materiales específicos del Brasil encuentro el importantelibro compilado por Nelson Marcellino “Políticas públicas setoriais de lazer. O papel das Prefeituras” y de entre otras cosas más que interesantes extraigo: “En nuestro medio, las políticas de ocio muchas veces son traducidas como políticas de actividades; de distribución de materiales deportivos; o de entrega de equipamientos específicos para el ocio, diciendo más claro, de construcción de espaciospúblicos para la práctica de actividades sin, con todo, preocuparnos por la participación comunitaria, que es la vida de ese equipamiento. Una política de ocio que pretenda actuar a largo plazo,actuando como medio de democratización cultural y promoción social,como recomienda la actual Constitución Brasilera, necesita definir sus prioridades en defensa de la conquista del derecho al ocio como unade las necesidades básicas para la afirmación de la ciudadanía y la mejoría de la calidad de vida de la población en general” (Leila Mirtes Santos de Magalhaes Pinto, p.61).
Lo que sigue es la humilde colaboración de un argentino que comparte el desafío de participar activamente en la construcción de un mundo que merezca la pena ser vivido y donde las mayorías hoy sumidas en lapobreza, el hambre, la desocupación y falta de educación participen como protagonistas en la construcción de su propia historia, de su dignidad, de su práctica de la libertad y no sólo del supuesto derecho de acceso a ella.
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La experiencia de la historia
La historia no es sólo aquello que ocurrió y por qué sino, y por sobre todo, lo que nos permite entender el presente e intervenir en laconstrucción del futuro. Por ello, sigue una muy somera descripción que intenta facilitar el acercarse al concepto de tiempo libre.
Durante muchos siglos, los hombres se acostumbraron a tratar de entender el tiempo de diversas maneras: el día y la noche; el verano y el invierno; la niñez y la adultez. Hacia fines del siglo XIX –comienzos de la educación física como disciplina y de la nueva épocade los Juegos Olímpicos-, se segmenta, se opone nítidamente –lo que no ocurría con claridad, al menos en la sociedad occidental-, el tiempo de trabajo del otro, el que queda, el restante, el llamado tiempo libre, aquel que podía aprovecharse en el ocio, en las actividades socialmente permitidas que ratifiquen la pertenencia a la nación, la cultura, los grupos sociales, religiosos, etc. El tiempo ysu medición comienzan a tener un protagonismo del que antes carecía.
La Biblia lo relata más simple. En el Edén no existía el trabajo sino el pleno disfrute, respetando las condiciones impuestas, del pasar la existencia. Cuando es comido el fruto del árbol de la sabiduría, el prohibido, Dios establece a modo de castigo –refiriéndose al varón- que “ganarás el pan con el sudor de tu frente”[1].Aparece una primera referencia al trabajo y, fundamentalmente, entendido como esfuerzo, como desgaste, como sufrimiento y como castigo, que se mantiene hasta nuestros días.
Los inventores de la palabra democracia, que en todas las escuelas latinoamericanas nos han enseñado como la mejor manera de gobierno, fueron los griegos[2]. Es de tener en cuenta que la democracia era para los griegos mas nopara sus esclavos quienes, justamente, eran los que producían la riqueza material que consumían sus amos. Los hombres libres, entretanto, se dedicaban a construir conocimiento –la filosofía- a través de la “skholé”: se dedicaban a la discusión, la investigación, la contemplación, el pensamiento, etc. De ese término, justamente, deriva la palabra castellana “escuela” o la italiana “scuola”. La...
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