Educación

Mi imagen como escritor

La verdad es que no suelo escribir mucho, por no decir nada.
En mi etapa de bachiller, salió a pasear mi vena poeta y cantautoraque plasmé en los reversos de los libros mientras escuchaba de fondo las graves y agudas voces de los profesores que intentaban meter en mi cabeza complejasecuaciones matemáticas y autores de cuyos nombres ya ni me acuerdo.
Después de eso, hubo un parón abismal, hasta que el año pasado me embarque en un viaje increíble(La India) del que nunca me gustaría olvidarme y aunque de memoria no me quejo, es una caja que por mucho que intentemos, al final acaba nublándose. ¿Cuál era laforma para guardar esos maravillosos recuerdos? Tan simple como hacer un esfuerzo y utilizar en los tiempos para dormir del tren, un lápiz vibrante y un papelarrugado, sucio por el paso de los días y relleno de aventuras y anécdotas que podré recordar cada vez que me plazca.
Ahora, lo que había sido un juego de niñosdescribiendo, muchas veces al instante, edificios, personajes que se cruzaban en nuestro camino, olores y colores que desbordaban mi vista y olfato en cada momento,se transforma en una dura batalla en la que todos esos sentimientos deben ser escritos de forma que la persona que lea mis vivencias, cierre los ojos y aparezcaen el majestuoso Taj Majal de Agra, oiga el resonar de los tambores a orillas del Lago Sagrado de Pushkar o pueda bañarse con una manada de elefantes en la reservade Chitwan, pero eso deberá esperar ya que el escritor de estas líneas prefiere tumbarse panza arriba cual oso perezoso a estrujar su diminuto cerebro.