educación

El camino hacia mi desgracia.
¿Qué pasa cuando lo inesperado sucede? Cuando tus peores pesadillas se cruzan con tus mas grandes anhelos. El constante dilema del bien y el mal, quien dice que siempre tiene que ser blanco y negro, la vida tiene una gran rama de colores, porque no elegir el que más te gusta. Esta es mi historia, las malas decisiones que tomé, que me llevaron justo al camino de mifelicidad.
Mi nombre es Matilde, acabo de mudarme a una nueva universidad, donde todo es nuevo, nuevas caras, aulas, metas. Pero un solo objetivo . Los objetivos de mi carrera estaban claros, necesito ayudar a las personas, tal vez por enmendar un par de errores, tal vez por servir a la comunidad o por simple placer personal, pero para mí era una necesidad básica.
Mi mejor amiga se habíaemprendido en esta nueva aventura junto a mí y me sentía un poco culpable por esto, a lo mejor no era su sueño pero había elegido estar a mi lado y yo estaba feliz por ello.
El primer día de clases, como todos los primeros días, estuvo sumamente aburrido, presentaciones, preferencias y en su mayoría cosas que no me importan ni me servirán en lo absoluto. Al llegar al break del intermedio de lasclases me senté con Roberta a hablar de lo absurdo y aburrido que transcurría el día.
-¿Te divertiste?-con su clásica sonrisa sarcástica.
-Odio los primeros días, es más, la primera semana ¡COMPLETA!.- argumenté.
-Has visto al profe de ciencias? Dicen que está hecho un bombón.
- Y si esta hecho ¿Qué? Es un profe y está muy por fuera de tu alcance. –repliqué con mi tono refunfuñón.
-Se vale soñarMatilde, se vale soñar. O tal vez en este caso antojarse jajajaja.

Después del término de los periodos matutinos, me reuní con Roberta para viajar juntas a casa, así que partimos en el autobús escolar. Durante todo el recorrido pasó parloteando acerca de lo sexi que era el profesor nuevo y todas las turbias cosas que podía hacerle si lo drogara o se lo encontrara ebrio. No es la mejor pláticaque he tenido con ella, pero estaba agotada hasta para callarla.
La exhaustiva semana de inicio de clases había pasado y mi fin de semana pinta y huele a palomitas, cama y películas en la comodidad de mi casa. En el momento que me disponía a trasladas mi cuerpo a la ducha apareció Roberta, con su insaciable energía.
-A que no sabes quién consiguió pases para la fiesta de los de último grado.-embozó una sonrisa.
-Quiero imaginarme que tú, ya que no creo que tu felicidad se deba a las excelentes notas que pretendes obtener.
-Pues YO, YO, YO, Y YO. Y TÚ serás mi compañera oficial.
-¿Es voluntariamente ahuevo Roberta?
-NO. Pero para ti en realidad si lo es mi querida tupsi.- Apodo que había nacido de una desventura con dicha paleta.
-No seas amargada Matilde, sabes que te vas adivertir. –volvió a decirme.
-Está bien, sólo porque no te quiero estar escuchando la boca.
-Nos vamos a las nueve chiquitita mamá.
-Sí, si, si.
Mis planes habían cambiado drásticamente, más la flojera no había abandonado mi cuerpo aún.

Al llegar a la fiesta el ambiente estaba ligero, todo se mantenía muy tranquilo todavía y esto era de esperarse, ya que las personas no estaban ebrias aun.Deberán de saber que las fiestas de los de último grado eran famosas por sus niveles de alcohol exuberantes y sus juegos constantes para ver quien podía beber más. Nos acomodamos en una mesa junto con algunas caras que me parecían familiares, más nadie de confianza. Roberta comenzó a beber como si hubiera cruzado el desierto del Sahara sin un gramo de agua, y yo con el mismo vaso con el que empecé meencontraba determinada a culminar mi noche.
Estoy textiando muy cómodamente cuando de repente la mesa se quedó en un silencio extraño, yo no me molesté en levantar mi cabeza, ya que todo lo que sucedía en ese lugar no era para llamar mi atención. Al momento sentí un codazo.
-¿QUÉ? Le refunfuñe a Roberta.
-Mira tupsi, el es el profesor de que te había hablado, ve ese semblante de macho...