Educacion de la fe desde los valores

Educación en valores, educación de la fe.
Para educar la inteligencia es preciso el dominio de los conocimientos y de las técnicas adecuadas de aprendizaje. Para educar en valores, es decir, para educar la voluntad y los sentimientos, además de técnicas adecuadas, es necesario tener sobre todo autoridad moral. Y esto es más difícil que tener conocimientos. Sin autoridad moral, sin el ejemplo ylas actitudes en el mismo educador, no habrá educación en valores.
Desde actitudes de violencia no es posible desvelar actitudes de paz. Desde actitudes de individualismo no es posible educar para la cooperación. Siempre, más allá de las palabras, conscientemente o sin ni siquiera darse cuenta, el educador traspasará al alumno los valores que él realmente vive y con los que está comprometido. Lostraspasará a través del gesto, de la cara, de los ojos, de la forma de saludar, durante la clase de matemáticas, de sociales o fuera del aula.
No hay programación posible. Los alumnos investigan sobre las vidas de los profesores, las preguntan, las comentan y más o menos las saben. Saben los valores que las impregnan, sus criterios y sus prioridades, las coherencias o incoherencias entre lo quedicen y lo que hacen. Es el sentido normal de curiosidad de todo adolescente que crece en función de los modelos que observa y que tiene cerca. Hay maestros que se rebelan ante la responsabilidad de esta función ejemplar que acaba convirtiendo en profesionales dimensiones de su vida privada. Pero, por mucho que se rebelen, seguirán siendo observados por alumnos.
En cierto sentido forma parte deaquello que llamamos ser maestro. Porque hacer de maestro va más allá de enseñar matemáticas o sociales. Significa ayudar a crecer, ser pedagogo y conducir al niño de la mano. Esto, que parece tan obvio y que es lo que se ha dicho siempre, afecta a los educadores tanto de manera individual como colectiva, y en este último caso, como equipos de profesores reunidos en claustro y como Institucioneseducadoras. Por ejemplo, el Estado, como institución educadora o en la programación obligatoria para las escuelas, no puede dar un sentido positivo a la multiculturalidad como valor si en otras dimensiones el mismo Estado fomenta o no impide la exclusión y el racismo.
Los alumnos detectarán pronto la incoherencia y tendrán la sensación de que los valores proclamados en la escuela son valores que novalen. Que los valores que valen son los vividos fuera de la escuela. No hay nada que esterilice tanto la función de la escuela como obligar a los alumnos a vivir la esquizofrenia entre el dentro y el fuera de la escuela, entre los valores que deben vivir como niños y los valores que viven los adultos. Quedará patente que los valores de la escuela son cosa de criaturas. La razón del fracaso tanclamoroso de la educación de los valores parte del hecho de que no estamos dispuestos a realizar como adultos aquello que decimos a las criaturas que se debe hacer.
Parece obvio decir que sus explicaciones tendrán poca o ninguna virtualidad educativa. Si es así, en una sociedad competitiva, o que excluye al joven del puesto de trabajo, o machista, o que expulsa al inmigrante, o que no da pasossignificativos para resolver la pobreza a nivel mundial, ¿cómo queremos educar para la cooperación, la solidaridad, la igualdad de todos y la justicia? Pero siempre hay fisuras y siempre hay enanos infiltrados, herejes del sistema que, desde dentro, saben aprovechar las contradicciones del sistema y existen muchos maestros que hacen de enanos o herejes. Son aquellos que hacen de su profesión, delnadar contracorriente del consumismo, de la alienación y del individualismo un acto militante de resistencia, y que no se cansan aunque el sistema tenga mecanismos para aislar u obligar al hereje a volver por el buen camino.
Incluso desde dentro de una prisión es posible educar para la libertad personal y el crecimiento interior. Y, al fin y al cabo, podríamos preguntarnos qué entendemos por...